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La sonda «Deep Impact» disparó ayer el proyectil «impactador» que se dirige hacia el cometa Tempel 1 para provocar una colisión cósmica con la que los científicos esperan aclarar los misterios sobre el nacimiento del sistema solar.

Al mismo tiempo, «Deep Impact», que es la nave madre, realizó sus propias maniobras para alejarse de la trayectoria de colisión y situarse a unos 8.000 kilómetros de distancia en una posición privilegiada para observar el evento, la primera colisión accionada por el hombre en el cosmos.

«Hasta ahora todo se realiza como está planificado», dijo una fuente de la Universidad de Maryland, encargada de algunas operaciones científicas de la misión.

El choque se producirá a las 05:52 GMT de hoy, lunes, minutos después de que se haga la última corrección de la trayectoria del proyectil para que impacte en el núcleo del cometa, de unos 6,5 kilómetros de diámetro.

Esa colisión ocurrirá a una velocidad de unos 37.000 kilómetros por hora y a unos 150 millones de kilómetros de la Tierra, dijeron fuentes del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena (California).

Se espera que la explosión cause un agujero del tamaño de una cancha de fútbol y «Deep Impact» recogerá toda la información sobre la composición de los materiales del cometa.

Los datos, junto con las fotografías que captará la nave, serán enviados a la Tierra y son material básico para comprender las circunstancias que rodearon al nacimiento del sistema solar, hace 4.500 millones de años. La información sobre el choque también será recogida por los observatorios espaciales Chandra, Hubble y Spitz, además de los principales telescopios terrestres, entre ellos los del Observatorio Austral Europeo, en el norte de Chile.