La ministra Salgado confirmó la apertura de expedientes.

TW
0

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) detectó restos de cloranfenicol, un antibiótico prohibido, en siete marcas de jalea real que se están vendiendo en España. La ministra de Sanidad y consumo, Elena Salgado, confirmó que esta denuncia dio lugar a cuatro expedientes sobre fabricantes de este producto, que se comprometieron a retirar. La compañía Biolema, una de las denunciadas, devolvió al mercado su producto después de que los análisis realizados por las autoridades sanitarias hayan concluido que esta jalea real no incluye la citada sustancia química.

Salgado explicó en declaraciones a RNE que a raíz de la denuncia de la OCU el pasado 19 de agosto se dio comunicación a la red de alerta europea. «Se había verificado un análisis en un laboratorio belga y se iniciaron cuatro expedientes en la red de alerta y las empresas se comprometieron a la retirada del producto», dijo.

Un análisis realizado por la OCU fue el que detectó la presencia de restos de cloranfenicol, un antibiótico cuyo uso en animales productores de alimentos está prohibido en toda la Unión Europea debido a su toxicidad, en siete marcas de jalea real que se venden en España.

Transcurridos tres meses de la denuncia a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) para que retirara del mercado estos productos, probablemente importados y que nunca tendrían que haber entrado en la UE, la OCU recibió un fax de la AESA donde comunicaban la «retirada del mercado de los productos afectados». Sin embargo, a juicio de la OCU quedan por aclarar qué lotes han sido retirados, en qué comunidades autónomas y si se han abiertos expedientes sancionadores contra las empresas infractoras.

La OCU, que señaló a Anbar, Jalea Real Fresca Integralia, Jalea Real Fresca Pinisan, Jalea Real Apiregi, Royal Vit (Dietisa), Revital y Biotón (Biolema) como las siete marcas en las que encontraron restos de cloranfenicol, explicó que la presencia de los antibióticos en la jalea real o en la miel se debe al uso que se hace de estas sustancias para evitar enfermedades en las abejas. Los fabricantes consiguen que el antibiótico llegue a las abejas bien junto con algún alimento (agua con azúcar), o bien por fumigación de las colmenas. Los restos de ese antibiótico prohibido llegan a los consumidores a través de la miel y de la jalea real, aseguró esta entidad. El cloranfenicol fue un medicamento que se encontró a finales del año pasado en tres granjas de pollos de Mallorca, lo que llevó al cierre de las mismas.