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El Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto Ley que incluye una nueva subida de la fiscalidad sobre el tabaco para desincentivar el consumo y como consecuencia de su reducción de precios, a pesar de los incrementos adoptados el 16 de septiembre de 2005 y el 20 de enero de 2006.

El nuevo incremento de la fiscalidad se produce después del error cometido por treinta diputados socialistas en su votación del jueves que dio lugar a la derogación, en el Pleno del Congreso de los Diputados, del Real Decreto Ley del 20 de enero por el que se aumentaban los tipos impositivos del impuesto.

El decreto establece un nivel mínimo de imposición que permite asegurar que todos los cigarrillos soportarán una tributación por impuestos especiales de, al menos, 1'10 euros por cajetilla.

El Real Decreto incluye también medidas transitorias de apoyo a los estanqueros por las que se establece un margen transitorio complementario del 0'25 por 100, que se suma a la comisión del 8'5 por 100 que perciben.

Esta medida estará en vigor hasta el 30 de junio de 2006, y durante este periodo el Ministerio de Economía y Hacienda queda habilitado para modular su importe, que podría llegar al 1 por 100, y su duración, en función de la evolución del mercado.

Asimismo, el Consejo de Ministros ha incluido a los quioscos de prensa que cuenten con las autorizaciones administrativas pertinentes dentro de la relación de locales que están autorizados para la venta del tabaco.

Esta venta deberá hacerse a través de máquinas expendedoras situadas siempre en el interior de los quioscos y su autorización no afecta a aquellos quioscos que estén ubicados en lugares en los que la Ley prohíbe fumar y, por tanto, vender tabaco.

El error en la votación se debió a que la diputada socialista María del Carmen Sánchez, encargada de indicar el voto a los miembros de su partido, se equivocó, lo que hizo que muchos de ellos se pronunciasen en contra. Con este Real Decreto el Gobierno pretendía luchar contra la proliferación de marcas de cigarrillos baratos que incitan a su consumo, por lo que estableció una subida de un punto porcentual del tipo impositivo «ad valorem», que pasaba del 54'95 al 55'95 por ciento y subió dos euros el tipo impositivo específico, que pasó de 4'20 a 6'20 euros por cada mil cigarrillos. Los quiosqueros aplaudieron la decisión del Gobierno al considerar que garantiza la viabilidad del 40% de los locales que estaban abocados al cierre por la Ley Antitabaco.

Por otra parte, la Asociación Española de Puntos de Venta de Tabaco (Aepvetab), que integra a unas 150 empresas, no descarta iniciar acciones legales al creer que el nuevo decreto es «aún más discriminatorio». Desde la asociación afirman estar «peor que antes», porque ahora se permite sólo a unos pocos volver a vender tabaco, cuando hay otros puntos de venta que tenían también licencia para hacerlo antes de la ley.