Un equipo de investigadores del Centro de Investigación del Cácncer de Salamanca ha descubierto una proteína que afecta al funcionamiento global del sistema cardiovascular, y cuya ausencia predispone de forma decisiva a sufrir hipertensión. La investigación, realizada sobre ratones modificados genéticamente a los que se privó de la proteína Vav3, permitirá conocer mejor el desarrollo de la enfermedad cardiovascular y su diagnóstico.
Los resultados de la investigación, dirigida por Xosé Bustelo, que trabaja en el Centro de Investigación del Cáncer, han sido ya publicados en la edición digital de «Nature Medicine». Bustelo explica la importancia de la investigación: «La clave es que hemos descubierto una proteína que afecta a nivel global al funcionamiento del sistema cardiovascular. Esto es importante, pues hasta ahora se conocen muy pocos ejemplos de desarrollo de hipertensión a raíz de la mutación o alteración de un único gen».
El equipo, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha descubierto que la ausencia de esta proteína, relacionada con el desarrollo del cáncer, provoca hipertensión por sí sola, lo que supone uno de los pocos casos de este tipo conocidos hasta ahora. El nuevo modelo animal permitirá estudiar las diferentes etapas del desarrollo de la hipertensión y podrá aplicarse al diagnóstico de pacientes y el diseño de nuevos fármacos.
El equipo ha demostrado en ratones modificados genéticamente que la supresión de la Vav3, una proteína implicada en el desarrollo del cáncer y la regulación de la motilidad y forma de las células, produce, entre otras dolencias, hipertensión y defectos graves en el corazón, los vasos sanguíneos y los riñones.
Las investigaciones del equipo del CSIC permitirán estudiar la evolución de la hipertensión paso a paso, identificar nuevos genes que intervienen en su desarrollo y aplicar los resultados al diagnóstico de pacientes y a la búsqueda de nuevos medicamentos para combatirla.
Los ratones modificados genéticamente permitirán a los investigadores ahondar en las regiones u órganos que funcionan defectuosamente en ausencia de Vav3. «Así podremos saber, por ejemplo, qué centro regulador del sistema cardiovascular funciona de manera defectuosa. Esto no sólo ayudará al desarrollo de nuevos fármacos, sino también al diagnóstico de pacientes», dijo Bustelo.
El equipo ha encontrado similitudes entre la evolución de la enfermedad cardiovascular de los ratones modificados genéticamente y la propia de los humanos. En primer lugar, el desarrollo de la hipertensión en los ratones es progresiva en el tiempo, alcanzando los máximos niveles en adultos, al igual que ocurre en humanos. Asimismo, se ha demostrado que los problemas ocasionados por la supresión de Vav3 pueden ser eliminados con medicamentos usados para el tratamiento de la hipertensión en humanos.
La hipertensión o presión arterial elevada es una enfermedad de origen aún desconocido. Supone la principal causa de muerte en Europa y afecta a más del 25% de la población adulta de los países industrializados. Además es un factor de riesgo importante para otras enfermedades cardiovasculares como la isquemia del corazón, la trombosis y las dolencias renales.
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