TW
0

De los seiscientos peregrinos mallorquines que se desplazan por aire y mar a Valencia, al Encuentro Mundial de las Familias que clausurará mañana, domingo, el Papa, ayer a hora muy temprana aterrizamos en la ciudad del Turia unos 60, de las cuales, siete son sacerdotes, entre los que vimos a Rafel Umbert, vicario general; Joan Servera, vicario episcopal de asuntos económicos; Antonio Burguera, secretario del obispo, además de 3 seminaristas acompañados por el rector del seminario y de un formador. El obispo de la diócesis, Jesús Murgui, y el también vicario general, Lluc Riera, están en tierras levantinas, concretamente en Parterna, desde el pasado lunes asistiendo al Congreso Mundial de las Familias. También se encuentran en Valencia desde hace unos días dos monjas del convento de Santa Clara, de Palma, que junto con otras hermanas de clausura -o contemplativas- de medio mundo darán hoy, a mediodía, la bienvenida a Benedicto XVI en la catedral valenciana, arropando a los obispos de la Conferencia Episcopal. Dichas monjas son María Rosa, que es del Coll, y Leticia.

Señalaremos que entre los viajeros de nuestro vuelo está José Luis Robledo, que a causa de una embolia cerebral se desplaza en silla de ruedas, «eso sí, muy animado e ilusionado», señala su mujer, Mari Carmen Jiménez, responsable del reparto de Correos en los distritos 13 y 15 de Palma.

El viaje lo iniciamos muy temprano, dado que a las 5.30 horas de ayer habíamos sido citados en el aeropuerto, de donde despegamos hora y media después.

A poco de poner los pies en Valencia, los viajeros se colocaron a la espalda la mochilla amarilla y blanca -los colores del Vaticano-, tocaron la cabeza con una gorra del mismo color, ataron a su cuello un pañuelo rojo y colgaron de aquel la credencial que no se quitaron durante todo el día. Y es que todo eso forma el atuendo del peregrino.

Parte de la mañana, tras haber desayunado en un bar próximo al palacio de las Ciencias, sacerdotes -Eugeni Rodríguez, Joan Cózar y Pau Oliver, los tres de medios de comunicación de la Iglesia- y periodistas nos acreditamos en la oficina de prensa, mientras que el resto se iba a dar una vuelta. Poco antes de la una y media del mediodía nos reencontramos en Paterna, frente al lugar donde tiene lugar el Encuentro Internacional de las Familias, donde nos esperaba el obispo Murgui, que se vino a almorzar con nosotros. Monseñor estaba feliz por haber regresado a su tierra por un motivo tan importante como es el de recibir al Papa, y también lo estaba por reencontrase con gente de Mallorca que habían hecho el viaje por el mismo motivo. «También estoy triste por el suceso del metro ocurrido el pasado lunes, que tantas vidas costó». Don Jesús nos contó que fue uno de los concelebrantes de la misa por las víctimas de esta tragedia, que tuvo lugar en la seo valenciana.