La municipalidad de Chongqing y la provincia de Sichuan, ambas en el suroeste, son las más afectadas, y según las predicciones meteorológicas de cara a días venideros, la sequía continuará en las próximas semanas. «La grave sequía no va a mejorar y es probable que empeore», señaló hoy el ministerio en su página web.
Pero también se deja notar en otras regiones, como la provincia de Liaoning (noreste), donde 600.000 personas sufren restricciones o incluso en Shanghai (este), donde los depósitos de agua comienzan a sufrir sus efectos. Las pérdidas económicas ascienden a 1.240 millones de dólares (967 millones de euros), y alrededor de 2,7 millones de hectáreas de cultivos de Chongqing, y Sichuan, han quedado destruidas.
El Gobierno central ha destinado 12,5 millones de dólares para aliviar la situación en las áreas afectadas, mientras que los gobiernos locales han enviado equipos a estas zonas para proveer agua potable y servicios médicos con el fin de evitar enfermedades.
La sequía que azota al país asiático coincide este año con el peor tifón que ha vivido China en medio siglo, el «Saomai», que, de momento, cobrado la vida de 436 personas en la costa china (este). Y, según los meteorólogos, no se prevén lluvias para los próximos días. En Chongqing, donde los problemas se empezaron a notar en mayo, no llueve desde hace más de 70 días consecutivos y dos tercios de los ríos se han secado. Imágenes de cauces de ríos secos y tierras agrietadas se reproducen a diario en la prensa china.
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