Un universitario se sumó a la denuncia sobre la discriminación a los enfermos de sida.

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La vicepresidenta primera del Gobierno y portavoz, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que el pasado año se registraron en España un total de 1.649 nuevos casos de sida diagnosticados, lo que supone un 75 por ciento menos que en 1996, «año previo al de la generalización de los tratamientos».

Según manifestó la vicepresidenta, «este hecho es un motivo más que suficiente para que sigamos considerando el sida como una prioridad sanitaria y, por eso, desde el Gobierno se continúa trabajando para reforzar las medidas de prevención, y en potenciar las intervenciones para promover la prueba del sida, el consejo y el diagnóstico precoz de la infección, sobre todo en personas con prácticas de riesgo».

No obstante, recordó que, a pesar de ello, España «sigue siendo uno de los países con mayor incidencia de la enfermedad en Europa occidental. En lo relativo a nuevas infecciones estamos en la media europea, con una tasa que se sitúa entre 50 y 75 casos por millón de habitantes, es decir, 2.000 ó 3.000 nuevos casos al año -precisó-, pero se estima que hay entre 120.000 y 150.000 personas con sida en España, es decir, tres de cada mil habitantes», según el Informe situación del sida en España y en el mundo presentado al Consejo por la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado.

En este sentido, avanzó que la ministra de Sanidad, Elena Salgado, presentará una campaña, siguiendo línea marcada por Onusida, una campaña que quiere incidir en tres aspectos esenciales: el respeto a las personas con VIH, el uso responsable del preservativo y la importancia de realizarse la prueba del sida.

Del la Vega recordó que, en España, se estima que una cuarta parte de la población afectada no es consciente de ello. «Eso significa que unas 35.000 personas podrían transmitir el virus a sus parejas sin saberlo», recordó.