Imagen de archivo, tomada el 8 de noviembre de 2004 en Oviedo, de Erika Ortiz Rocasolano. Foto: ELOY ALONSO/REUTERS

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El cuerpo sin vida de la hermana pequeña de la princesa de Asturias aparecía ayer por la mañana en circunstancias que ni la familia Ortiz Rocasolano ni tampoco la Casa Real aclaran. Erika Ortiz, de 31 años, separada y con una hija, Carla, de seis años, fue encontrada en el apartamento de soltera de doña Letizia, en el madrileño barrio de Valdebernardo, donde residía desde el traslado de su hermana a La Zarzuela. Tras una baja por depresión, la fallecida había pedido dos días de permiso. Desde el primer momento, una nube de fotógrafos se congregó en la puerta de la vivienda, situada en la localidad madrileña de Valdebernardo, donde la policía desplegó un dispositivo especial para preservar la seguridad de la familia, ya que los padres de la fallecida se personaron en el domicilio, a donde también acudió un juez de instrucción de Madrid -sobre las 14.00 de la tarde- acompañado de dos policías para conocer los detalles de la muerte de Erika Ortiz y proceder al levantamiento del cadáver. Algunos reporteros no tuvieron reparos en preguntar a la juez de guardia de forma explícita si la muerte se había producido por suicidio, pero la funcionaria guardó en todo momento un respetuoso silencio.

Hacia las 16.30 un coche fúnebre salió del edificio para el traslado de los restos de Erika Ortiz al Instituto Anatómico Forense en la Ciudad Universitaria de Madrid, donde se le practicó la autopsia. Erika Ortiz tenía 31 años y era licenciada en Bellas Artes. Estaba separada del escultor Antonio Vigo con el que tuvo una hija, Carla, que actualmente tiene 6 años. Según sus allegados era sensible y tímida y no soportaba la presión mediática que sufría después de que su hermana -a la que estaba muy unida- se convirtiera en princesa. Actualmente la pequeña de las Ortiz Rocasolano trabajaba como interiorista en el departamento de decoración de la productora Globomedia donde tenía previsto «incorporarse a un nuevo proyecto», explicaron desde la productora.

Erika Ortiz protagonizaba hace tan sólo una semana la portada de la revista Pronto en donde se la veía acompañada de un hombre que podría ser su última pareja sentimental. Tras separarse del padre de su hija -en mayo de 2006- comenzó una relación con un cámara de televisión de Globomedia, compañero de trabajo, con el que poco tiempo después rompía. La hermana de doña Letizia volvía a sonreír al lado de un nuevo amor. Sin embargo corrían rumores sobre el mal estado de salud de Erika Ortiz, ya que tras su separación había pedido dos meses de baja en el trabajo por estrés y ansiedad. Durante este tiempo se rumoreó también con una posible anorexia y se comentó en varios medios de comunicación que la hermana de la princesa se sentía presionada porque se especulaba con su profesionalidad. La productora confirmó también que el pasado viernes pidió dos días libres para «asuntos personales» por lo que no había acudido a trabajar ni el lunes ni el martes. Ayer, terminado el permiso esperaban su incorporación al trabajo.