Las pintadas insultantes fueron acompañadas paralelamente de llamadas telefónicas intimidatorias, de carácter agresivo con los componentes y representantes socialistas, en las que se les califica de «asesinos» y se insultaba gravemente a sus personas, familias e ideario.
La ejecutiva insular del PSOE manifestó su total apoyo y solidaridad al alcalde de Alaior, y también a la edil Laurencia Seguí, que también sufrió agresiones de similares características en la fachada de su domicilio particular, y recibió igualmente llamadas amenazantes y lascivas para con ella y sus familiares. Según señala la nota de prensa oficial del PSOE insular «consideramos que en un estado de derecho existen vías de expresión para poner de manifiesto el desacuerdo político, sin tener que recurrir a formas, no sólo poco ortodoxas, sino cobardes e incívicas, además de ilegales».
La formación socialista también manifestó que condena de manera tajante las acciones, y emplaza a sus autores a emplear los mecanismos democráticos existentes para manifestar sus impresiones «ya que ni a título personal ni tan sólo político, ninguno de los dos representantes elegidos en las urnas y ahora agredidos, son merecedores de tales vejaciones, que ya han sido denunciadas convenientemente ante la policía, además del más que probable interés que las instancias judiciales tendrán en el asunto».
El PSOE acabó recordando que en la esfera política no todo es válido.
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