El doctor Joaquín Martínez, gerente del hospital 12 de Octubre, ayer tras la rueda de prensa. Foto: V.LERENA/EFE

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En el Servicio de Neonatología del Hospital Universitario 12 de Octubre están ingresados 23 bebés aislados, uno de ellos en estado más grave, por haber estado en contacto con la bacteria klebsiella pneumoniae que causó la muerte de tres niños prematuros la semana pasada.

El hospital ha adoptado medidas para control y seguridad que se mantendrán «hasta que el último niño aislado se vaya de alta a su domicilio» y ha separado a los niños que han estado en contacto con la bacteria y a los considerados «limpios».

El subdirector médico del Materno-Infantil de este centro hospitalario, Javier Lareo, informó en declaraciones a los medios de que el niño más grave muestra «una evolución favorable dentro de esta gravedad» y que «por el momento no se ha confirmado infección por esta klebsiella» en ninguno de los casos.

Otros dos niños «están graves por patologías propias de su prematuridad», anunció Lareo, quien agregó que, al mediodía, no había confirmado «ningún paciente» infectado por la bacteria, y que ayer se produciríann altas de algunos de los niños ingresados.

También se han separado a los profesionales médicos y de enfermería que atienden a unos y a otros bebés; se han limitado las visitas de los médicos especialistas de otros servicios y se han restringido las visitas de los familiares, permitiéndose solamente el acceso a padres. El Servicio de Obstetricia ha sido avisado para que se trasladen a otros centros los embarazos patológicos y se han extremado las medidas de asepsia en la zona de paritorios.

Los fallecidos la semana pasada eran todos «niños muy prematuros, con muy bajo peso», «lo que implica que sus órganos internos no están maduros y, por lo tanto, es fácil que surjan complicaciones en su desarrollo que dificulten su supervivencia».