El Papa dio la bendición pascual en la Basílica de San Pedro. Foto: EFE

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EFE-EL VATICANO
El papa Benedicto XVI repasó ayer los males del mundo, desde las calamidades naturales hasta el hambre, las guerras y el terrorismo, durante su mensaje pascual con el que terminó los actos de la Semana Santa.

«Cada uno de nosotros puede ser tentado por la incredulidad de Tomás. ¿El dolor, el mal, las injusticias, la muerte, especialmente cuando afectan a los inocentes -por ejemplo, los niños víctimas de la guerra y del terrorismo, de las enfermedades y del hambre ¿no someten nuestra fe a dura prueba?», dijo.

Joseph Ratzinger, sin embargo, no incluyó en la lista la pena de muerte ni tuvo un gesto especial para los miles de participantes en una marcha que concluyó en San Pedro y pedía la moratoria del castigo capital en todo el mundo.

La marcha tenía como objetivo apoyar la moratoria mundial de la pena de muerte presentada por del Ejecutivo italiano a la ONU.

Ante decenas de miles de fieles, peregrinos y turistas, Benedicto XVI celebró en primer lugar la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, adornada con flores regaladas por floricultores holandeses.

Después, Ratzinger comenzó su mensaje pascual recordando que ayer se celebró en la tradición cristiana la resurrección de Jesús y habló del pasaje del Nuevo Testamento referido al encuentro entre Cristo y el incrédulo discípulo suyo Tomás.

Poco después hizo un catálogo de los males que afectan al mundo.

«¡Cuantas heridas, cuanto dolor en el mundo!» dijo y aseguró que «no faltan calamidades naturales y tragedias humanas» como las ocurridas recientemente en Madagascar, las Islas Salomón, América Latina y otras regiones del mundo.

También citó «el flagelo del hambre», «las enfermedades incurables», «el terrorismo», «los secuestros de personas», «el desprecio de la vida», «la violación de los derechos humanos», y «la explotación de la persona». El Pontífice entró luego en conflictos concretos y mostró su «aprehensión» por Darfur, en Sudán; por los choques y saqueos en la República del Congo; y por la reanudación de los combates en Somalia.

Además, mencionó la crisis de Zimbabue y dijo la única vía para superarla es «la oración y el compromiso por el bien común».