La infanta Leonor volvió a acaparar la atención durante la ceremonia. Foto: ANGEL DÍAZ/EFE

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El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, administró el sacramento a la segunda hija de don Felipe y doña Letizia y octava nieta de los Reyes, en una ceremonia privada que se celebró en los jardines de la residencia real.

En el momento en que el oficiante derramó sobre la cabeza de la niña, que lleva el nombre de su abuela paterna, la Reina, el agua del río Jordán en la histórica pila de Santo Domingo de Guzmán, los nietos mayores de don Juan Carlos y doña Sofía abandonaron su lugar para acercase y poder ver más de cerca la ceremonia.

Mientras, la primogénita de don Felipe y doña Letizia, la infanta Leonor, iba de un lado a otro del jardín fijándose en todo. l altar donde se encontraba monseñor Rouco Varela y los oficiantes fue uno de los lugares predilectos de Leonor, que tuvo que ser rescatada en más de una ocasión tanto por su padre, el Príncipe, como por su abuelas, la Reina y Paloma Rocasolano, y su cuidadora. La infanta Leonor terminó la ceremonia sin zapatos.