La directora del Instituto de Infancia y Mundo Urbano, Carme Gómez-Granell, y Pau Marí-Klose presentaron el informe. Foto: KOTE RODRIGO/EFE

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Un 18'7 por ciento de la población balear se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, al estar en situación de pobreza moderada, un 5'5 por ciento de alta y un 2 por ciento severa, según el 'Informe de exclusión social en España 2008' de la Obra Social de Caixa Catalunya presentado ayer.

Del estudio, que ha sido elaborado por un equipo de investigadores del Instituto de Infancia y Mundo Urbano (CIIMU), se desprende que Balears es la cuarta comunidad autónoma con menor porcentaje de personas en situación de pobreza extrema y de pobreza alta y es la octava con más pobreza moderada.

La cifra del 18'7 la superan las comunidades de Murcia (21'2 por ciento), Castilla y León (21'1 por ciento), La Rioja (20'4 por ciento), Canarias (20'3 por ciento), Castilla-La Mancha (19'5 por ciento), Madrid (19'3 por ciento) y Catalunya (19 por ciento).

Según el estudio, uno de cada cuatro niños en España son pobres, una situación que afecta a la mitad de los inmigrantes menores de 16 años por lo que al perfil tradicional de la pobreza, los mayores de 65 años, se añaden nuevas caras, la de los menores y la del fenómeno de la inmigración.

Novedad
El estudio de la Obra Social de Caixa Catalunya analiza por primera vez la pobreza teniendo en cuenta los diferentes ciclos de vida de la población y en el que se revela que las comunidades con una pobreza más severa son Extremadura, Castilla y León y Andalucía.

El estudio concluye que el 19'9 por ciento de la población en España vive en situación de pobreza moderada, es decir, aquella que sufren las familias que cobran por persona 6.347 euros al año, lo que supone el 60% de la media de ingresos del país. Los niños y los mayores de 65 años son los que más la padecen (24% y 31%, respectivamente).

Sin embargo, en los casos de pobreza alta y severa -las que se dan en hogares que solo disponen de 4.573 euros y 3.219 euros anuales, respectivamente- son los más pequeños los más afectados.

El grado de vinculación de los progenitores al mercado laboral y la propia composición del hogar son los dos factores que más influyen sobre el riesgo de exclusión económica infantil. De esta forma, un 34 por ciento de los menores que viven en hogares donde sólo trabaja uno de los padres son pobres, tasa que se eleva al 62 por ciento de los niños cuando viven en una familia monoparental y el sustentador no trabaja.

Respecto a los menores de 16 años inmigrantes, la mitad vive en hogares considerados pobres y el riesgo de padecer las formas más graves de pobreza se acusa más entre los extranjeros que entre los españoles.