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OTR/PRESS-SANTIAGO/MADRID

La decisión judicial ha suscitado la polémica durante todo el fin de semana y ayer tampoco pudo eludir el tema la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, quien expresó el respeto de su formación por la sentencia pero afirmó que los crucifijos no «molestan» ni al PP ni a «la inmensa mayoría de los españoles».

De Cospedal hizo estas declaraciones en una rueda de prensa, al término de la reunión del Comité de Dirección, en la que también puntualizó que aunque España es un Estado aconfesional, la Constitución española «reconoce un papel especial a la Iglesia católica», que es «la confesión mayoritaria de los españoles».

Pensamientos similares tiene el cardenal arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo, quien consideró que el crucifijo es un signo muy arraigado en nuestra cultura, por lo que su erradicación «no favorece la convivencia», construida con el «respeto a las personas y no simplemente tirando por la borda la riqueza cultural de un país».

En este sentido recalcó que lo importante es «ayudar a las personas a respetar los signos sean de la religión que sean» y que los niños deben ser educados en estos valores.

Por el contrario, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, afirmó que «en los colegios públicos no debe haber crucifijos porque hay que respetar las creencias de todo el mundo». «En los colegios públicos, yo comparto la decisión del juez, no debe haber crucifijos. Y se lo dice un creyente», afirmó tajante el dirigente socialista. Blanco insistió durante sus declaraciones que el Estado español es «aconfesional» y eso implica «respetar a todo el mundo y las ideas y las creencias de todo el mundo».

Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, se mostró favorable a la sentencia y pidió «realizar las modificaciones legales oportunas para eliminar del ordenamiento jurídico de todo lo que favorezca a cualquier religión».