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Cerca del 30 por ciento de los hombres que asesinaron a sus parejas en 2008 tenía antecedentes por violencia de género, según el balance anual presentado por el delegado del Gobierno en la materia, Miguel Lorente, una cifra superior a la registrada en anteriores años. Sin embargo, el balance del año deja también una cifra positiva. Cuatrocientas mujeres al día se atrevieron en 2008 a denunciar los malos tratos que recibían por parte de sus parejas, con lo que el número de homicidios pudo reducirse cinco puntos en 2008 con respecto al año anterior.

El 31,4% de los hombres que el pasado año terminaron con la vida de sus parejas o ex parejas sentimentales tenían antecedentes penales. Así, según el balance del Ministerio de Igualdad, se incrementan los casos de maltratadores reincidentes en comparación con años anteriores. En concreto, el 21,4% de los casos tenían ya una sentencia o una denuncia en su contra por maltrato hacia su víctima, que el 7,1% presentaba antecedentes de violencia contra una víctima distinta de la asesinada. El 2,8% tenía antecedentes por otros delitos.

Lorente reconoció que la reinserción de los maltratadores no es una tarea fácil, porque suelen ser reincidentes, aunque añadió que «en algunos casos sí se puede modificar su conducta». En cuanto a las cifras generales, el departamento dirigido por Bibiana Aído señaló que los datos oficiales contabilizan unas 70 fallecidas a manos de sus parejas o ex parejas en 2008, tan sólo una menos que hace dos años, lo que indica que por tercer año consecutivo desciende el número de fallecidas con denuncia previa y con solicitud de orden de protección. Sin embargo, cuatro años después de la Ley Integral no se ha logrado reducir de manera significativa las víctimas de este problema. «La evolución en el número de homicidios del año pasado respecto a 2007 registraba una disminución de casos a partir de mayo, pero, los datos se dispararon en diciembre de 2008», explicó el delegado para la violencia de género. Según Lorente, diciembre fue especialmente duro, no sólo por el aumento de fallecidas, sino también por la violencia de sus muertes. Se produjo un incremento en el número de muertes por traumatismo, a causa de los golpes recibidos, que requiere más saña. En concreto, en el 15,9% de los casos el fallecimiento fue por traumatismo, es decir, el asesino mató a golpes a la víctima. Sin embargo, los asesinos continúan utilizando en la mayoría de los casos el arma blanca para acabar con su víctima (más del 53%), mientras que en el 11,6% de los casos se utilizó un arma de fuego.