Fieles que asisten al rezo del Angelus en el Vaticano con pancartas alusivas al 'caso Eluana'. g Foto: GUIUSEPPE GIGLIA/EFE

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EFE-SANTIAGO CHILE El padre de Eluana, Beppino Englaro, afirmó ayer en el diario La Nación de Chile, que «no hemos hecho nada más que darle voz a Eluana» al explicar su decisión de dejar morir a su hija de 38 años, 17 de ellos en coma.

Englaro, que da por primera una entrevista para defender una posición que le ha costado insultos y descalificaciones, cuestiona la Iglesia Católica y las ideologías que han tratado de imponer en una historia que él ha vivido con más dolor que cualquiera.

Aunque el debate del caso comenzó en 1997, cuando el padre de Eluana inició la batalla judicial para desconectarla, la polémica saltó al mundo luego que después de 12 años la justicia diera curso a los deseos de la familia de la mujer que ha pasado los 17 últimos conectada e hidratada artificialmente.

Este viernes comenzó el cese de alimentación e hidratación de Eluana, a la que se le suministran sedativos y antiepilépticos.
Angustia y rabia
En su casa de Udine, en Italia el padre de la joven sigue con rabia y angustia el debate.
Sólo él recuerda que unas semanas antes de sufrir el accidente, su hija, asombrada por una historia similar de un amigo que quedó en coma profundo, les dijo qué debían hacer con ella si le pasaba algo parecido: «No a mí, recuérdenlo».

«Le provocaban horror estos casos al punto de decir que ella no lo aceptaría jamás», aseguró Beppino Englaro a quién las opiniones de los conservadores y las últimas declaraciones de Silvio Berlusconi lo habían hecho desistir de esta entrevista con el diario La Nación.

Englaro insistió en que la decisión que tomó la determinó su hija quién le había pedido a su esposa y a él ser protegida en el caso de que le sucediera algo análogo a lo que luego realmente sucedió.

«Hemos pedido siempre sólo el respeto por la voluntad de Eluana y su manera de ser. No hemos hecho nada más que darle voz», reiteró.
Ingreso «irregular»
Por otra parte, el ministro de Sanidad italiano, Maurizio Sacconi, afirmó ayer que considera «irregular» la hospitalización de Eluana Englaro en la clínica «Quiete» de Udine, en el noreste, donde se le ha retirado la alimentación artificial para ayudarla a morir.

El titular de Sanidad explicó que la sentencia del Tribunal de apelación que autorizaba ayudar a morir a Englaro especificaba que se tendría que llevar a cabo en un centro médico especial, no en un centro de reposo como «Quiete», dijo.