En las vallas publicitarias y los folletos aparecen un bebé y un lince ibérico con la palabra 'protegido'.

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Los obispos españoles denunciaron ayer que las especies protegidas de la fauna y la flora tienen mayor protección jurídica que el no nacido, y han reclamado al menos que la vida humana, desde el embrión, goce «de la misma protección que otros bienes».

El secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José Antonio Martínez Camino, presentó durante una rueda de prensa la Jornada en Defensa de la Vida, que celebrará la Iglesia católica el próximo 25 de marzo, y que este año tiene características especiales «por la polémica suscitada en torno a la reforma del aborto».

La Jornada contará también este año, explicó Camino, con una campaña en vallas publicitarias desde ayer hasta fin de marzo en 37 ciudades españolas, con el cartel de la Jornada, en el que se ve a un niño junto a un cachorro de lince con el sello encima de 'lince protegido', mientras que el bebe pregunta ¿Y yo?... ¡Protege mi vida!».

En la cabecera del cartel figuran una serie de fotografías que representan el desarrollo de un bebe desde el embrión, su crecimiento progresivo en el útero materno, y la figura de una embarazada de nueve meses.

La campaña consta de 30.000 carteles para colocar en parroquias y centros católicos, 1.300 vallas publicitarias (215 en Madrid y Barcelona) y 8 millones de folletos que se irán distribuyendo a lo largo de las próximas semanas y se complementa con la de «la oración por la vida» que se viene realizando desde enero .

Durante la rueda de prensa, Martínez Camino, recordó que el Código Penal español prevé penas incluso de prisión para los que atenten contra la fauna y la flora protegida, pero se negó a responder sobre si estaba sugiriendo que los que intervienen en la comisión de un aborto, deberían sufrir penas de cárcel.

Camino dijo también que «está muy bien que se protejan los animales en peligro de extinción y la diversidad de la biosfera», pero «esta sensibilidad debe llevar también a proteger más a los que van a nacer, porque la vida del niño es un todo indivisible».