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Más de 31.600 parejas homosexuales han contraído matrimonio en España desde que en julio de 2005 se aprobó la reforma del Código Civil para establecer que los enlaces tendrían los «mismos requisitos y efectos» tanto si los cónyuges tenían distinto sexo como si no. El cambio, no exento de polémica, fue respaldado finalmente por el Tribunal Constitucional en 2012, siete años después de su entrada en vigor, y hoy, según sus promotores, es «una realidad consolidada».

El 3 de julio de 2005 España se convirtió en el tercer país de Europa y el cuarto del mundo (Canadá aprobó una reforma similar horas antes que el Congreso español) en establecer esta equiparación de las uniones entre personas del mismo sexo abriéndoles además la posibilidad de adoptar, algo no contemplado hasta entonces en ninguna otra legislación.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) desde entonces y hasta el pasado mes de diciembre se han casado en España 19.410 parejas de hombres y 12.200 parejas de mujeres, que ya son en torno al dos por ciento de los enlaces que se celebran cada año. Además, al cierre de 2013 se habían separado o divorciado 1.850 matrimonios formados por personas del mismo sexo.

«La clave es que era un derecho que había que conseguir y que nos ponía en una situación de igualdad legal con el reso de la ciudadanía. Que la gente después quiera o no casarse queda dentro de la intimidad de cada uno, pero para miles de personas ha sido un acceso a su forma de entender la vida y de organizar la familia», comenta el presidente de la FELGTB, Jesús Generelo.

ESPAÑA, PAIS PIONERO

En declaraciones a Europa Press, incide en ese «avance» y en el hecho de que España fue «pionera en conseguir igualdad plena con un pequeño cambio en el Código Civil», sin aprobar leyes específicas para el colectivo que dejaran fuera asuntos como la adopción. «Se recogió el mandato constitucional de que todos los españoles somos iguales ante la ley y ese es un paso grandísimo en la historia de las libertades en España y en el mundo, porque lo nuestro ha sido como una ficha de dominó y va a ser algo imparable, como lo fue el sufragio universal», afirma.

Para la responsable de Igualdad del PSOE y portavoz de este área en el Congreso Carmen Montón, el matrimonio homosexual es ya una realidad consolidada «tanto en la sociedad española como incluso en la europea» porque si bien inicialmente «era algo inestable», especialmente por el recurso presentado por el PP, «ahora es ya algo estable y está asumido por la sociedad española».

El recurso del PP ya fue avanzado durante la tramitación parlamentaria, durante la que el grupo se opuso con enmiendas a la totalidad en el Congreso y un veto en el Senado a la reforma del Código Civil por entender que la equiparación introducía «la quiebra de la institución jurídica del matrimonio» y era contraria a la Constitución, que define explícitamente el derecho de un hombre y una mujer a casarse.

Como después argumentarían los ocho de los once magistrados del Tribunal Constitucional que rechazaron el recurso, esta previsión de la Carta Magna se diseñó de cara a garantizar la igualdad jurídica de la mujer y no excluía la posibilidad de que personas del mismo sexo tuvieran el mismo derecho a casarse.

«YA NO SE TOCA»

Sin embargo, cuando en 2011 el PP llegó al Gobierno, el Tribunal Constitucional aún no se había pronunciado al respecto. El entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, anunció que acataría la sentencia en cualquier caso, así que pese a contar con mayoría parlamentaria, el Ejecutivo no modificó la redacción del Código Civil sobre este asunto.

Sobre este asunto, Generelo confía en que la equiparación quedará para siempre en el ordenamiento jurídico español, en primer lugar porque la sociedad lo respalda «ya en 2004 el 60% de los ciudadanos se mostraban a favor» y hoy «más del 80% lo vive con naturalidad», y porque «sería un suicidio político» pretender volver atrás. «Con la sentencia quedó clarísimo, no sólo dijo que era constitucional sino que lo inconstitucional era impedir el matrimonio a una parte de la población», destaca.

«Al fin y al cabo, es una ley de felicidad, de que cada uno pueda amar a quien quiera y sea respetado y tenga los mismos derechos que el resto», añade en declaraciones a Europa Press Carmen Montón, que a sus se estrenó en el Congreso con esta iniciativa, la primera de la que ejerció portavocía y la primera que comandó en su carrera parlamentaria. Tenía 29 años de edad y Pedro Zerolo, destacado activista y recientemente fallecido, acababa de entrar en la Ejecutiva del PSOE.

Montón destaca de la tramitación no solo esta condición de «novata total» que ostentaba y el empuje de Zerolo para la reforma, sino también la sensación de «estar haciendo un trabajo transformador de manera inmediata, no sólo para las personas que podrían casarse y sus familias, sino para toda la sociedad». «Fue un proyecto muy ilusionante, con mucha energía de salida, de potencia y mucho convencimiento», apunta.

Recuerda, asimismo, la oposición del PP, que «llegó incluso a hablar de zoofilia» en la tramitación parlamentaria y con la vista puesta en los últimos diez años, asegura que lejos de lo que entonces vaticinaban, el matrimonio como institución en España no sólo no se ha quebrado sino que «se ha ampliado y fortalecido porque hay más personas que pueden casarse».

AHORA, IGUALDAD REAL

En el capítulo de retos pendientes, señala el «pasar de la igualdad legal a la igualdad real» y pone el foco en la necesidad de «una ley de igualdad de trato» que aborde aspectos como la educación para erradicar el acoso escolar por razón de orientación o identidad sexual. «Pero para eso hacen falta cambios en el Gobierno y desde luego, el de Rajoy no es modélico precisamente en este asunto», añade.

En este sentido van también las reivindicaciones del colectivo, que en el décimo aniversario de la ley se manifestarán en el Día del Orgullo Gay con una pancarta reclamando «leyes por la igualdad real». «Queremos una ley de LGTBI que proteja en todos los ámbitos para que se remuevan esos obstáculos que impiden todavía que esa igualdad sea auténtica», concreta Generelo.

Según afirma, sigue habiendo «gente que se casa sin disfrutar de sus derechos laborales por miedo a visibilizarse, gente que se casa incluso de espaldas a su familia porque sigue habiendo presión social, menores que siguen teniendo problemas en las escuelas y discriminación en muchos ámbitos, como en la salud».

Con esta perspectiva reivindicativa y con la figura de Pedro Zerolo como referente llegará este año el Día del Orgullo Gay, que en su manifestación de Madrid dedicará un espacio al fallecido activista y concejal tanto en la cabecera como en el escenario donde al final de la marcha se leerá un manifiesto.

La FELGTB ha promovido una campaña de recogida de firmas para conseguir que una de las plazas más emblemáticas del barrio de Chueca, Vázquez de Mella, lleve el nombre de Zerolo. Ahora Madrid, partido de la nueva alcaldesa Manuela Carmena, ya ha avanzado que recogerá la petición. El PSOE, por su parte, organizará el día 30 un gran acto de homenaje en el salón principal de la sede de la UGT en Madrid.