Un juez del tribunal de la localidad húngara de Kecskemet dictó este sábado prisión preventiva contra cuatro detenidos supuestamente vinculados con la tragedia de los 71 refugiados hallados muertos en un camión en el este de Austria.
El juez de Kecskemet, a unos 100 kilómetros al norte de Budapest, accedió a la petición de los fiscales de establecer un mes de prisión preventiva contra los detenidos -tres búlgaros y un afgano- por «la naturaleza excepcional del delito» y por participar en una red organizada de tráfico de personas, según medios locales.
Los fiscales también alegaron que había riesgo de fuga, potenciales acciones de encubrimiento y el peligro de influir en el testimonio de posibles testigos.
Los cuatro sospechosos serían el propietario del camión y los conductores, y por las imágenes uno de los ellos tendría unos 45 años, mientras que el resto contaría entre 20 y 30 años.
El pasado jueves la policía austríaca halló en un camión frigorífico abandonado en el arcén de una autopista los cadáveres de 71 personas, probablemente refugiados sirios, y entre los fallecidos había cuatro menores.
El diario «Österreich» ha calculado que en un espacio de apenas quince metros cuadrados y sellado herméticamente, como era el caso del compartimento de carga del camión, 71 personas habría muerto por falta de oxígeno al cabo de 63 minutos.
Las autoridades austríacas calculan que en el momento del descubrimiento del camión las víctimas llevaban muertas ya entre 24 y 36 horas.
El tribunal de Kecskemet se ha hecho cargo del caso al determinar la policía húngara que el camión con el grupo de refugiados sirios partió de esa localidad rumbo a Austria.
Los agentes austríacos necesitaron casi 24 horas para contabilizar el número de cuerpos que hallaron, unos encima de otros y en estado de descomposición, pues tuvieron que bajar primero las temperaturas, para lo cual llevaron el camión a las instalaciones de un centro con un sistema especial de refrigeración.
El centro de medicina forense de Viena está practicando ahora las autopsias de los cadáveres para determinar la causa de la muerte y tomar datos para la una posible identificación.
A la espera del resultado de las autopsias, todo indica que las víctimas fallecieron asfixiadas, al estar encerradas en una cámara frigorífica sin ventanas y sellada herméticamente.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se mostró «horrorizado y con el corazón roto» por las víctimas de esta tragedia y los más de 80 muertos tras dos naufragios en Libia.
La policía austríaca considera que los detenidos son los elementos más bajos en la jerarquía de una organización de tráfico de personas.
1 comentario
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Pues aquí ya estarían en libertad, eso si, con cargos.