Una aventura bajo tierra

Acudieron unas 15 personas, la mayoría mujeres, con edades comprendidas entre los 30 y los 40 años. El inicio de la etapa tuvo lugar en la playa de Cala Falcó, sobre las 9.15 horas. Desde allí los asistentes, acompañados por sus guías Rafael Prats y el propio Jopela, nadaron unos 200 metros hasta llegar a la entrada de la cueva, que se encuentra algo sumergida, por lo que fue necesario el uso de aletas, gafas de buceo, trajes de neopreno y linternas sumergibles, además de frontales, entre otros materiales.

Una vez dentro de la cueva, lo más bonito fue poder nadar en los distintos lagos que ofrece la gruta. Finalizada la primera visita, tocaba el turno de conocer la Cova des Pirata, con 800 metros de longitud. Para llegar a ésta fue necesario ir andando por la costa hasta acceder a la finca de Can Frasquet (allí mismo se encuentra también la Cova des Pont). Ambas cuevas se encuentran unidas a través de una galería de agua, por lo que existe la necesidad de botellas de oxígeno. «El nuestro es un grupo amateur, así que evitamos dicho acceso, apto solo para expertos», contó Álvarez.

De este modo, tras la salida de la Cova des Pirata, los excursionistas anduvieron 10 minutos hasta llegar al tercer punto de la ruta. Ésta, al igual que las otras dos grutas, cuenta con lagos muy bonitos en los que se refrescaron para, por último, llegar a la Cova des Moro. En este conjunto talaiótico del II milenio antes de Cristo se encontraron restos del Myotragus Balearicus tras las primeras excavaciones en 1995.