Lluís Brunet, junto a su esposa, Pilar Garanya, frente al Forn de la Missió. | Amalia Estabén

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Lluís Brunet Santandreu (Santa Margalida 1949), titular del popular y reconocido Forn de la Missió de Palma, se jubila. Él y su esposa, Pilar Garanya, dejarán su trabajo en el horno el próximo día 30 de marzo, pues quieren cumplir con todos los encargos que les hacen sus asiduos clientes. El Forn de La Missió, con 116 años a sus espaldas, cerrará sus puertas al público durante un mes por reformas, tras lo que tomará las riendas del negocio su hijo Lluís.

Lluís trabajó siendo muy joven como forner en Can Avellà (Santa Margalida) y como pastelero cuando se inauguró el hotel La Residencia de Deià. Luego pasó al Forn de la Missió contando con la ayuda de su esposa, su media naranja, como él la llama, trabajando allí por espacio de 25 años.

Lluís se emociona al señalar que «siento dejar esta profesión que tanto amo. Me ha dado de comer a mí y a mi familia y hemos sobrevivido a la no crisis y a la crisis. He contado con la ayuda de mi esposa, quien se ha adaptado a todas horas. Ha estado siempre en el negocio y ayudando en casa, y nunca me ha faltado el planchado y cuidado de mi ropa blanca de forner».

«Dejamos amigos y conocidos –afirma Lluís– y confío en que continúen viniendo, ya que el horno tendrá continuidad con mi hijo, quien seguirá haciendo las mismas especialidades mallorquinas y otras dulces que ha visto en casa de toda la vida, pues lleva quince años trabajando con nosotros».

El Forn de la Missió goza de gran reconocimiento entre el público por sus especialidades de ensaimadas, empanadas, robiols y toda clase de cocas saladas.