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Muchos pasamos horas y horas al cabo del día en la carretera pero, ¿nos tomamos la conducción suficientemente en serio? A la vista de los siete siguientes ejemplos se diría que no:

Recuerda que el carril bus tiene ese nombre precisamente porque, en principio, es exclusivo para esa clase de vehículos. No lo utilices, a menos que quieras que te den el alto y te multen. Y sobre todo, no lo hagas si tu copiloto es una muñeca vestida con ropa de invierno en pleno junio, ya que te mirarán como a un bicho raro.

Algunos no pueden esperar ni un minuto para zambullirse en el mar. Pero tanto ímpetu produce en ocasiones imágenes curiosas, que pueden desconcertar y poner en peligro al resto de conductores, como la de un coche circulando hacia la playa en Mallorca con una colchoneta en forma de cangrejo de considerables dimensiones y vivos colores en lo alto del portaequipajes. En este caso, iría mejor deshinchada y guardada en el maletero.

En un tono menos distendido cabe enumerar otras actitudes poco aconsejables al volante. Una de las más deleznables es la protagonizada por una pareja de chinos, que no tuvieron otra idea que atar a su bebé al volante y darle vueltas, al tiempo que lo grababan todo en vídeo y lo subían a las redes sociales. Su acción habla por ellos mismos.

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Y es que, al parecer, el elemento viral se encuentra a menudo detrás de conductas y comportamientos peligrosos, como la de un conductor bastante irresponsable que fue detenido en Madrid por conducir de forma temeraria y a gran velocidad, mientras se grababa y lo retransmitía en directo a través de Periscope.

A veces las cámaras también sirven para fines positivos. Es el caso de un conductor que grabó a otro haciendo imprudencias y hostigando a otros usuarios de la vía con su todoterreno en Palma. Gracias a que el primero llevaba una videocámara equipada en su coche, la Guardia Civil pudo localizar al infractor e imputarlo.

Está claro que la velocidad y la agresividad no son buenos aliados en la carretera, aunque algunos parecen no querer asumirlo. Éste podría ser el caso del delantero francés Karim Benzemá, cazado en más de una ocasión mientras circulaba al estilo de los circuitos de velocidad, también en nuestras islas.

Echarle mano al freno de mano cuando conviene parece otra obviedad pero no lo es. Y si no que se lo pregunten a otro futbolista, el argentino Ever Banega, a quien un despiste en una gasolinera le costó que su propio coche le pasara por encima, fracturándole la tibia y el peroné.