Según la «Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España» (Estudes 2014-2015), del Ministerio de Sanidad, casi el 80 % de los chicos y chicas españoles de entre 14 y 18 años ha probado el alcohol y la edad media de inicio en el consumo se sitúa en los 13,9 años.
«Es una edad que no podemos permitirnos», ha advertido Elena Martín, adjunta al Delegado del Plan Nacional sobre Drogas, quien ha incidido en la importancia de trabajar en «disminuir la tolerancia que se ha instaurado en la sociedad en cuanto al consumo de alcohol».
De hecho, la encuesta también pone de relieve que los padres toleran «mucho más» en sus hijos el consumo de alcohol que el de tabaco.
En el último año, se iniciaron en este hábito 131.100 chicos y 154.600 chicas. El 1,7 % había consumido diariamente en los últimos 30 días y el modo principal de conseguirlo fue por ellos mismos.
Un 33,4 % de los chicos y un 31 % de las chicas había realizado un consumo en forma de «atracón» -cinco o más cañas o copas en una misma ocasión- en el último mes. Un 14,2 % del total tenían 14 años, un 24,6 % 15, un 37,1 % 16 y un 44,2 % 17.
Además, un 57,6 % había hecho botellón en el último año, un 22,2 % se había emborrachado y un 31,9 % tuvo un consumo de riesgo los fines de semana.
En cualquier caso, un consumo tan excesivo como para desembocar en coma etílico es muy poco habitual, tal y como asegura la jefa del Servicio de Urgencias del Hospital Joan XXIII de Tarragona, Carmen Boqué, que en sus más de 20 años de experiencia en este centro, sólo recuerda uno o dos casos y todos en hombres adultos.
Esta doctora explica que el coma etílico se produce cuando los niveles de alcohol en sangre son tan altos que la persona pierde la consciencia y no reacciona a estímulos externos.
Estos niveles dependen -apunta Boqué- del peso, del sexo -las mujeres toleran peor el alcohol que los hombres-, de si tiene el estómago vacío o lleno, del tipo de bebida, de si está tomando medicamentos, del funcionamiento del hígado, etc.
El consumo de alcohol en menores se ha consolidado como una vía de diversión, que «ha dejado 'desvestido' lo que se puede entender como el ocio saludable y constructivo», según Jose Antonio Luengo, vicesecretario del Colegio Oficial de Psicólogo de Madrid.
¿Y por qué ahora parece que «todos los jóvenes se divierten así?: por el fenómeno de la presión del grupo, que siempre ha existido pero que en los últimos años ha alcanzado cotas «especialmente importantes», pero también porque la influencia de la familia es ahora «significativamente menor».
Este experto en psicología educativa considera que la clave está en que los padres conversen más con los hijos, promuevan el ocio sano (deporte y actividades culturales) y trabajen con ellos la capacidad para decir 'no' a determinadas situaciones y su resistencia a la frustración.
La influencia del grupo y los muchos ejemplos de diversión «complicada» que ven muchos menores en las redes y la televisión hacen que su percepción del riesgo sea escasa y los padres parecen no tener el tiempo necesario para crear «convivencia, diálogo y modelos», para saber «qué hacen, donde van y con quien van».
Esto se traduce en frecuentes visitas de jóvenes a los servicios de urgencias de los hospitales con intoxicaciones etílicas.
Así, el presidente de la Sociedad Españolas de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) y coordinador de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos, Juan González Armengol, contabiliza hasta dos o tres casos por noche de jóvenes que llegan «muy perjudicados, con los niveles de consciencia alterados».
La representante del Plan Nacional sobre Drogas ha reconocido que «algo está fallando», aunque desde el Ministerio se ha trabajado durante la pasada legislatura para poner en marcha una ley sobre el consumo de alcohol en menores y ya se dispone de un documento de trabajo consensuado.
«Si unimos percepción baja del riesgo, alta tolerancia y alta disponibilidad, el incremento del consumo se va a dar sí o sí», ha subrayado esta experta.
3 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
No se trata de prohibir el alcohol sino de hacerlo prohibitivo, que no es lo mismo. En vez de gravar con tantos impuestos los carburantes, que se haga con el alcohol y el tabaco. En España estos productos son mucho más baratos que en muchos países europeos. Si se quiere acabar con el alcoholismo y el tabaquismo, pues que las botellas de licor valgan el triple que ahora. Una botella de whisky de 10€ que pase a costar 30 y una cajetilla de tabaco de 5 a 15€. Y, por que se refiere a los menores, los padres deberían implicarse más en la educacion de sus hijos y tenerlos más controlados.
La sociedad del siglo XXI está enferma y corrompida en muchos aspectos. Ha renunciado a sus principios y valores tradicionales y en estas circunstancias corre el peligro de ser sustituida en su propio suelo por otras gentes que, buenos o malos, defienden sus propios principios o creencias.
La droga más destructiva del mundo es legal, incluso valorada socialmente cuando se habla de vino, cerveza, ginebras "premium", whisky de malta... No pido prohibición, pero sí más control, información, educación y sobre todo menos hipocresía y doble moral.