Parece que fue ayer cuando con apenas nueve años le veíamos rebosante de afición quienes seguíamos las actividades de la Escuela Taurina que dirigió Francisco Gabriel Pericás. Y decidió ser torero porque, por una parte, lo vivió en su casa con su padre, el torero Federico Gómez, y por otra, por su abuelo, quien le inculcó la pasión por los toros, llevándole a la plaza de Palma cuando iba a colocar la bandera en día de festejo.
El joven debutante comentaba este juerves que «torear en Las Ventas representa una satisfacción conmigo mismo, ya que mi padre, con 30 años en la profesión, no pudo hacerlo. No niego que afloraran los nervios, pero iba muy preparado y mentalizado. Puse banderillas en el tercero y lidié el sexto». «Nunca me he sentido mejor. Si Dios quiere, tengo prevista una temporada buena e interesante de Norte a Sur», afirmó. Su ilusión es «cada día aprender más y más e ir entrenando mucho, intentando superar a los mejores maestros».
Su padre, Federico Gómez, subalterno muy conocido por los aficionados, está «orgulloso del debut por dos cosas: tenemos dos mallorquines, uno con una máxima figura (Valentín Luján) y otro luchando en este mundo del toro en Badajoz, donde están las máximas figuras».
3 comentarios
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Mallorqui? Federico Gómez?...
Viendo el poco público que hay, no hará falta prohibir nada, la sociedad se está encargando de terminar con esta barbarie.
Idò tant de mal i por reparteix entre animals, com així rebi en compensació. No vull el mal per a ningú, però si et dediques a repartir dolor no esperis clemència de la meva part