El litigio judicial todavía no se ha resuelto, ya que el procedimiento penal podría quedar sin efecto por tratarse de la acusación de una mujer contra otra, un supuesto no contemplado en el Código Penal.
El abogado del demandado en su momento ha solicitado que la denuncia deje de tramitarse por la vía penal por un juzgado de violencia de género y se siga por lo civil por un juzgado de familia en Asturias.
Este letrado defiende que el maltrato psicológico fue de una mujer a otra y no de un hombre y una mujer, aspecto que recoge el delito de violencia de género. Sus argumentos se basan en que, a pesar de que la operación fue posterior a la denuncia, el hombre fue diagnosticado con una disforia de género (una discordancia entre su identidad de género y su sexo biológico). Es decir, psiquiátricamente hablando ha sido mujer desde su nacimiento.
Por el momento, el caso está en el aire. El bombero, ahora mujer, se encuentra de baja laboral. Tiene dos hijos, de 10 y 8 años, y comparte la custodia con su exmujer. Esta le denunció por «vejaciones e insultos, sin llegar a las agresiones físicas».
El cambio de sexo también afecta en dos aspectos más: su trabajo, podría perderlo ya que opositó siendo hombre, y la custodia de sus hijos. El caso podría llegar hasta el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
4 comentarios
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y que tiene que ver la profesión?
Se cambia de sexo para evitar la carcel??.A mi me parece que los asturianos beben demasiada leche directa de la teta de la vaca
¿ A dónde vamos a llegar ? ¡Qué más da el sexo! Son dos personas y además padres o madres de dos criaturas y deberían entenderse sin usar del maltrato.
Entonces sera una bombera