Dos mallorquines coinciden en ‘First Dates'

Esta vez, la fortuna le trajo a una alicantina, afincada en Mallorca, Julia, que trabaja en una empresa de limpieza de barcos, con la que tampoco hubo nada que hacer. «Aunque nada más salir del programa nos dimos los teléfonos y hemos quedado como amigos».

Wenry, que había llevado como regalo a su cita bombones de coco, «para que no te comas el coco», de menta «para que te mentalices» y de Mon Chéri, «por si ligamos, nos los tomamos de postre» –le dijo a medida que se los iba mostrando– intentó por activa y pasiva derribar el muro que había surgido entre ambos, sobre todo a raíz de que le confesó su edad, lo cual para ella supuso una profunda sima, «pues yo estoy acostumbrada a salir con hombres de la mía, y tú tienes más que yo…», «12 años», le dijo.

Finalizado el programa, hablamos con Wenry. «Me lo he pasado muy bien, hasta que llegó lo de la edad, y también cuando vi que no quería darme la gamba de su plato con su tenedor y, sobre todo, cuando insistía en lo de la diferencia de edad», explicó. Por todo ello, la respuesta de ella fue que no habría una segunda cita en plan de novios, «cosa que me esperaba, pues ya lo insinuó durante la mesa, lo que hizo que no me preguntaran a mí, pues también hubiera dicho que no, ya que no es mi tipo de chica. Pero como digo, quedamos como buenos amigos».

¡Qué le vamos a hacer. La tercera, seguro, será la vencida. ¡Ah, bueno! Estando cenando, Carlos Sobera, el presentador, entrando en el comedor, dijo en voz alta: «¡Todos de pie! En honor a esta pareja mallorquina –señalando a Julia y a Wenry– vamos a bailar al son de El vuelo 502». Al respecto, Weny comentó: «Que te pongan esa canción de tu tierra, es un detalle, ¿no?»