En los últimos años ha aumentado sensiblemente el número de personas que se identifican con la ecosexualidad, esto son, las relaciones sexuales en las que cobran importancia los cinco sentidos, en detrimento de los genitales, y que se practica en plena naturaleza e incluso con ella.
Mantener sexo con la madre tierra puede soñar, en principio, extraño o extravagante, aunque algunas antiguas civilizaciones ya la dotaban hace milenios de un carácter místico relacionado con la fertilidad. Pero al parecer, los caminos a los que nos aboca la modernidad teñida de posverdad, y la galopante crisis ambiental que vivimos a nivel global deparan estos y muchos otros escenarios, impensables hace relativamente poco tiempo.
En el crecimiento del movimiento ecosexual, con miles de seguidores en todo el globo, tienen su influencia las artistas y activistas de San Francisco Annie Sprinkle y Elizabeth Stephens, integrantes del colectivo Pony Express y que han hecho de esta tendencia una batalla personal.
Suyos son algunos trabajos audiovisuales y documentales bastante difundidos en determinados círculos, o una obra de teatro que expone «25 maneras de hacer el amor a la tierra».
También rubricaron un 'Manifiesto ecosexual' que define los principios de sus acólitos, desde la veneración de lo natural hasta el activismo ecológico, y desembocando en una ecosexualidad entendida como una nueva expresión de identidad sexual.
Una buena muestra de ello es que en el pasado desfile del orgullo de San Francisco lideraron a un contingente de un centenar de ecosexuales, reivindicando abiertamente añadir una 'E' al acrónimo LGTBI.
Otra de sus últimas apariciones fue en un festival de corrientes artísticas alternativas en Sidney, donde se invitaba al público a tomar parte en nuevas e insospechadas fantasías sexuales, que pasaban por besar plantas, abrazar o susurrar a árboles, acariciar una bañera llena de césped y tierra fértil, o masturbarse bajo un salto de agua.
11 comentarios
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yo me acabaré casando con una ficus, ya me he empezado a watssapear con ella.. bueno,, ella no me contesta, pero yo insisto, a ver si ablando su corazoncito verde...
La gente vulgar no entiende la sensibilidad que algunos tienen. Responden con un comentario vulgar. Si no lo entiendes es tu problema: documéntate, estudia, investiga... no seas ordinario.
Ho tenim tot. A Valencia, una cátedra universitaria per economía feminista. A Madrid, semáforos perque alguns i algunas no se sentin discriminats. A Mallorca, faciltats perque cada un i cada una trobin sa seva aubaginia adecuada. I encara han surt algun que diu que España tenim déficit de llibertats.
Nos quieren idiotizar todavía mas con tanta chorrada.
Y luego algunos se escandalizan porque una srtiper enseña las tetas en Cap de Pera.
Jo els enviaría a xermar voreres!!!
un bon cactus pels darreres i els hi fugiria sa pardaleria....
lo que nos faltaba para terminar el cuadro...
Deu meu, no se que arrivarem a veure
Ja ja ja ......hay madre tierra,te compadezco.