El ministro Dario Franceschini y el vicario de Roma, el arzobispo Angelo de Donastis, firmaron este lunes un acuerdo que modifica la norma vigente que regula el acceso de los turistas al monumento, al que se entra de forma gratuita.
La recaudación por la venta de entradas, a un precio de 2 euros cada una (unos 2,35 dólares) permitirá al ministerio hacer frente a «la valorización y protección del edificio, a los gastos por su mantenimiento y a garantizas una mayor seguridad en las visitas».
La entrada será gratuita para los estudiosos y los fieles pues el Panteón es una iglesia católica, la de «Santa Maria ad Martyres», y el ministerio deberá informar a los turistas acerca de la suspensión de las visitas durante las misas.
El Panteón, prácticamente intacto a pesar de sus dos milenios de historia, es fruto de una remodelación que el emperador Adriano realizó entre los años 118 y 125 d.C de un templo dedicado a los dioses erigido por el general Marco Agripa entre el 25 y 27 a.C.
En el año 608 el papa Bonifacio IV hizo de este edificio un templo cristiano después de depositar en su interior los restos de numerosos mártires.
Conocido popularmente como «La Rotonda», el edificio consta de un pórtico de 16 columnas de estilo corintio de más de once metros de altura y un cuerpo circular con un diámetro de 43,30 metros.
Y se trata de una de las principales metas para los turistas, dada su monumentalidad, su imponente cúpula y su situación, enclavado en pleno corazón de la Ciudad Eterna.
En su interior acoge las tumbas de importantes figuras como el pintor renacentista Rafael, así como los reyes de Italia Víctor Manuel II, su hijo y sucesor Umberto I de Saboya y la esposa de este, la reina Margarita.
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