El comedir improvisado en la iglesia dels Caputxins se quedó pequeño para atender a las 250 personas que acudieron a la cena, por lo que se tuvieron que realizar turnos. | Click

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Los marginados celebraron también la Noche Buena y la Navidad a base de almuerzo y cena caliente, con postres, bebidas no alcohólicas, algunos servidos por camareros voluntarios, como los que almorzaron en els Caputxins.

Los que viven en La Casa de Familia y Can Gazá, junto con los que habitualmente pasan cada tarde por Zaqueo, disfrutaron de una noche especial, con más cena, con postres, sin prisas... Cabe destacar el detalle, por cuarto año consecutivo, de Juanito, que vive en Can Gazá, pero que debido a un problema que tiene en la única pierna que le queda, está hospitalizado. Resulta que el buen hombre, tras recibir el permiso para vivir la Noche Buena en Can Gazá, se pasó por el súpermercado y se llevó lo mejor en cuanto a marisco, carne y pescado, además de turrones, que pagó de sus ahorros. Vamos, que más colega y solidario no se puede ser. Pues sí, así es Juanito.

En cuanto al almuerzo de els Caputxins, al que asistieron alrededor de 250 personas, por lo que tuvieron que hacer dos turnos, ya que el templo, convertido en comedor, no daba para albergar a todos, constó de dos platos: sopa de Navidad y escaldums, además de turrones, fruta, cocas de patata, etc., de postre.

Colaboraron en el condumio La Academia de la cuina, formada por Biel Morell, Casín (Nicolás Joyero), Demetrio Castellanos, José Luis Roses, Juan González de Chaves y Pepe España, además del La Pajarita, que aportó el caldo, la carne, Comercial Vera, y las cocas de patata, Can Molines.

Hubo, como cada año, voluntarios que aportaron su trabajo y los Xeremiers Ciutat de Mallorca, que animaron musicalmente el almuerzo.

Este año no asistió el obispo, pues se encontraba en Menorca, viviendo la Navidad con su anciana madre.