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Casi todos los restaurantes de Mallorca que tienen estrella Michelin cobran parte del menú cuando el cliente realiza la reserva. Esto que está asumido en otros servicios como coger un billete de avión, por ejemplo, ha generado todo tipo de comentarios.

El restaurante que primero impuso esta medida fue Es Molí d’en Bou, reconvertido en Bou el año pasado. «Hace tres temporadas, cuando casi nadie lo hacía en España, implantamos este sistema», comenta el chef Tomeu Caldentey. En Bou se cargan 50 euros por comensal en la tarjeta bancaria de quien hace la reserva. En Marc Fosh para grupos de 4 personas o más, se requieren los datos de una tarjeta de crédito para garantizar su reserva y cargarán 50 euros por persona en caso de No Show, término que se usa para quien ha hecho una reserva y no se ha presentado. Macarena de Castro da en su Jardín un mínimo 72 horas para poder cancelar sin penalización. Si la anulación se produce más tarde, el restaurante podrá cargar en la tarjeta de crédito el 50 por ciento del precio del menú degustación por cuantos comensales se haya hecho la reserva. Ese mismo porcentaje es el que se aplica en Andreu Quetglas, pero sólo para grupos.

Andreu Genestra baja un poco la cantidad. «Nosotros cobramos 40 euros por cada reserva cancelada en las últimas 24 horas». En Zaranda, el único restaurante de Mallorca con dos estrellas Michelin, se grava con 50 euros por cada cliente que falle. «Lo aplicamos desde hace dos temporadas y es una medida que más o menos el cliente entiende», señala el chef Fernando Pérez Arellano. La excepción entre los ‘michelines’ es Es Fum. «Ni cobramos ni nos lo planteamos. Es un restaurante pequeño y es relativamente fácil llenarlo», comenta su chef, Miguel Navarro.

Fuera de la órbita de los restaurantes ‘estrellados’ hay quien también ha optado por cobrar, como es el caso de Santi Taura. En Dins el cliente debe adquirir un ticket de 50 euros que será descontado de la factura final.