—¿Cómo son la relaciones con tus padres?
—Con mi madre me llevo maravillosamente bien –dice–. La adoro. Y mi padre a ella, y ella a él. Somos una familia, e incluyo en ella a mi hermana, muy unida. Y si mi madre no vino fue porque no sabíamos cuánta gente podía acompañarme, y también porque trabaja mañanas y tardes.
—¿Por qué te autolesionaste durante esos años.
—Fue a causa de un problema que surgió a nivel familiar. No un problema de casa –matiza–, sino de la familia a causa del fallecimiento de uno de sus miembros. Y yo, queriendo ayudar a que se resolviera, me entregué totalmente, pero al ver que no podía solucionar nada, me desmoroné. Y fue tal mi frustración por ello que reaccioné autolesionándome con cuchillas, objetos punzantes, arrancándome mechones de cabello… Todo eso duró tres o cuatro años, hasta que un día le dije a mis padres que necesitaba ayuda. Entonces me llevaron a un profesional y, afortunadamente, me recuperé. Y a partir de ahí me propuse recuperar el tiempo perdido y hacer lo que no había hecho hasta entonces, y que me gustaba: cantar.
—¿Porqué te decidiste por participar en Factor X, y no por OT, La Voz o Got Talent'?
—Por una parte, por los problemas apuntados anteriormente, y por otra, porque no quería exponerme a presentarme y fallar por no estar convencida de que estaba en condiciones. Así que dejé pasar el tiempo y me fui preparando, y cuando llegó Factor X me dije que había llegado el momento. Hice una primera audición en Barcelona, y a las dos o tres semanas me llamaron, avisándome de que iba a ir a la audición de la semana pasada y… Bueno, pues creo que ha sido una de las mejores audiciones que he hecho en mi vida.
—Encima, elegiste una canción difícil, Grenade.
—La elegí porque es una historia real. Es la historia de alguien que se lo da todo a otra persona, y esta, a cambio, no le da nada.
—¿Cuáles son tus sueños?
—Cuando termine Bachiller, ir a estudiar Artes Escénicas a Girona, en la Universidad ERAM. Mi ilusión es ser actriz de comedia musical.
—Volviendo al programa, de los cuatro jueces, tres, entre ellos Risto Mejide, te dieron el pase a la segunda fase, y uno, Montesinos, a pesar de que le llegaste al corazón, según confesó, te dio un no...
—Sí, así fue. Y si me dio el no… Pues respeto su opinión.
(Puedes leer la entrevista completa en el periódico Ultima Hora).
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