Ricky Merino, de 31 años, estuvo este miércoles en Varadero y luego de compras por Palma. | Julián Aguirre

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Siempre soñó con estar en el Festival de Eurovisión y, en unos días, el cantante mallorquín Ricky Merino, exconcursante de la última edición de Operación Triunfo, viajará a Lisboa. No será para cantar junto a los representantes de España, sus compañeros Alfred y Amaia, sino para informar de cuanto suceda y cubrir la denominada ‘alfombra roja' para RTVE y las redes sociales. Ricky, quien desde hace tiempo no viajaba a Palma debido a que reside en Madrid y está en plena gira de OT, además de su propia gira en acústico por todo el país, estará junto a su público el sábado por la noche en un concierto «muy personal» en Es Molí des Comte.

—¿Te ha cambiado mucho la vida desde que saliste de OT?

—Desde que salí de la Academia, en diciembre, la vida me ha cambiado en cuanto a visibilidad y notoriedad. Sin duda, a nivel profesional me ha abierto puertas. Pero también te confieso que echo de menos la vida que tenía antes de entrar en OT.

—¿Cómo era esa vida?

—Poder salir con mis amigos de toda la vida. Meterme en el estudio a grabar y probar sonidos con Jacke Boncutiu con quien, por cierto, he vuelto a retomar esos momentos, y trabajaba mucho en hoteles por toda Mallorca. Era un ritmo muy intenso. No paraba en toda la semana, pero también era muy gratificante, aunque no económicamente. Ahora tengo más oportunidades y están mejor pagadas. Antes de OT vivía en Madrid y era un pez más, mientras que en Mallorca era un pez grande en una pecera.

—¿Cuál es su sueño?

—Lo tengo muy claro, ser feliz haciendo lo que me gusta y sin tener que estar mirando mi cuenta bancaria, como lo tenía que hacer antes.

—Durante este tiempo ¿ha descartado alguna propuesta?

—Sí. He dicho no a algunas cosas, pero que tienen que ver con la publicidad. No soy influencer y eso de promocionar cosas que no van conmigo en las redes no lo hago.

—En el concierto del sábado en el Molí des Comte, ¿qué vamos a escuchar?

—Va a ser una actuación en acústico, bastante personal, y estaré acompañado en el escenario por seis músicos, entre guitarras, piano, percusión y coristas. Haré un repaso de canciones que he cantado en las galas de Operación Triunfo, también canciones propias y algún adelanto de nuevos temas.

—¿Ganaremos en Eurovisión?

—Cada año llevamos algo de calidad, excepto lo de Chikilicuatre, que fue de lo más cómico. Creo que en Eurovisión estamos condenados. Partimos siempre con desventajas geopolíticas. Amaia y Alfred lo hacen muy bien. Saben transmitir al público y la canción es buena. En las apuestas nos colocan en el top ten, pero quedando entre los 15 primeros ya estaría bien.

(Puedes leer la entrevista completa en la edición impresa del periódico Ultima Hora).