La compra-venta de pisos en España continúa a ritmo creciente y, con ella, la contratación de hipotecas.

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La compra-venta de pisos en España continúa a ritmo creciente y, con ella, la contratación de hipotecas. Según los últimos datos del INE, en febrero se inscribieron casi 28.000 nuevas hipotecas, lo que representa un incremento de un 13,8% respecto al mismo periodo en 2017. Las cifras, sin embargo, se mantienen todavía alejadas de las que se registraron en 2005, en plena burbuja inmobiliaria. En aquel año, la deuda acumulada en hipotecas alcanzó los 456.167 millones de euros.

Las hipotecas actuales difieren substancialmente de las que se firmaron en el boom inmobiliario. En aquel momento, primaban las de interés variable, pero ahora la tendencia está cambiando. Aunque las variables siguen siendo las más contratadas, el interés fijo se ha abierto camino. El año pasado, 4 de cada 10 préstamos inmobiliarios eran de tipo fijo, lo que equivale a un 40 % del mercado.

Pero, ¿qué diferencia hay entre una hipoteca fija y una variable?, ¿existen otros tipos de préstamos hipotecarios con diferentes condiciones?

Hipotecas según el tipo de interés

Los intereses constituyen uno de los principales elementos de preocupación para los titulares de hipotecas. Son los porcentajes extra de dinero que se llevan los bancos por prestar su capital y tienen una relación directa con la cuota a pagar cada mes. En la actualidad, los simuladores de hipoteca facilitan muchos los cálculos de cuota. Son muy sencillos de utilizar y ofrecen una idea clara del esfuerzo económico que se habrá de realizar para afrontar los pagos.

En función de los intereses, las hipotecas se dividen en tres grandes grupos:

Hipotecas de interés fijo: son aquellas en las que el interés es siempre el mismo. No están sujetas a las fluctuaciones del mercado, por lo que el cliente sabe siempre lo que va a pagar. La desventaja es que, por lo general, son un poco más caras que las variables y tienen un plazo de amortización más corto (normalmente 20 años).

Hipotecas de interés variable: son préstamos en los que los intereses varían en función de los índices de referencia y oscilaciones del Euribor. De entrada, suelen resultar más económicas que las fijas porque se mueven con tipos más bajos, pero están expuestas a revisiones semestrales o anuales, los que puede hacer variar las cuotas. Otra diferencia es la duración del préstamo: en términos generales, los plazos de amortización son muchos más largos que en las hipotecas fijas.

Hipotecas mixtas: son contratos que combinan las dos anteriores, es decir, durante un tiempo aplican un interés fijo y después pasan al tipo variable. De esta manera, el cliente arranca el pago con una cuota estable.

Hipotecas con cuotas blindadas

Las hipotecas, en especial las de carácter variable, se recalculan cada año para adaptarlas a la situación del mercado. Pero hay una manera de pagar una cuota fija aunque los intereses aumenten: se trata de las hipotecas con cuotas blindadas. En estos préstamos, el titular paga siempre la misma cuota y si el tipo de interés aumenta, se alargan los plazos de amortización.

Hipotecas especiales

Existen otros productos hipotecarios al margen de los descritos. Por ejemplo, hay hipotecas específicas para jóvenes y préstamos para viviendas de Protección Oficial. También hay hipotecas para comprar un terreno o para financiar una segunda residencia. En cualquier caso, lo importante es estudiar a fondo las condiciones antes de elegir.