Carla y Álex, en el momento de ‘cortar’ la tarta.

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Uno de los aspectos más claros que tenían Álex Abrines y Carla García durante los preparativos de su boda era que no querían una tarta nupcial al uso. Su idea consistía en obsequiar a los invitados con una gran tarta de ?chuches? y temática. Como los dos son grandes seguidores de la serie Juego de Tronos, sólo faltaba llevar esa idea a cabo.

El padre del jugador de los Oklahoma City Thunder, Gabriel Abrines, se puso en contacto con su amigo Tomàs Genovart. Éste pensó que su mujer, Caty Pol, podría llevar esa difícil empresa a buen puerto. «Cuando Álex me dijo que quería una tarta de esas características me asusté un poco. Para empezar, no había visto hasta entonces nada de la serie», comenta Caty Pol.

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Esta empresaria, que tiene un negocio de catering, se ?empapó? de las andanzas de los Lannister y compañía. «Como son cinco tomos, pensé en realizar una tarta de otros tantos pisos y que cada color representara cada uno de los libros». Para entonces, la pareja ya había desechado otra idea de Caty Pol, consistente en diseñar cinco tartas pequeñas y que cada una reflejara a las cinco familias de la saga. «Tenían claro que quería una sola tarta y muy grande».

Uno de los aspectos técnicos más delicados era idear cómo sujetar las chucherías. Caty habló con una empresa de corcho blanco que le hizo unas piezas a medida. «La base tenía un metro de diámetro las siguientes, 80, 60, 40 y 20 centímetros. Y la altura era igual en todos los pisos: 20 centímetros, así que la tarta medía 1x1 metros. Durante tres días, tres personas estuvimos pinchando con palitos de madera cada una de las más de 2.500 chucherías de las que se componía la tarta». La base, en tonos rojos y naranjas simbolizaba los atardeceres, los verdes y azules los paisajes y la naturaleza, el amarillo la riqueza del oro, el blanco la nieve y el negro, en la cúspide, el Castillo Negro.

La obra ya estaba terminada. ?Sólo? quedaba transportarla. Para ello fue necesaria la colaboración de tres personas que la subieron a una furgoneta hasta Cap Rocat. La tarta se presentó entre el plato principal y el postre.