El mallorquín, pese a estar resfriado, nos recibió en su casa de Calonge. Durante la tarde algunos vecinos se acercaron a darle la enhorabuena. También tuvo numerosas llamadas telefónicas. «Me ha llamado desde el New York Times hasta el Rey».
El jurado decidió otorgarle este premio, dotado con 30.000 euros, «por el profundo impacto que ha causado en el mundo de la moda, por el compromiso social y la capacidad reflexiva de su trabajo, y por la vigencia atemporal de su discurso en el marco de la creación contemporánea». También destacó su labor como «artista iconoclasta ampliamente reconocido por la crítica internacional, su huella sigue presente en la vanguardia de la moda».
«Hoy en día hay tantos premios que uno se cuestiona si realmente tienen algún valor en la sociedad. Para mí, lo importante de este premio es que la gente joven pueda conocer un poco más mi trabajo. En lo económico el premio me irá muy bien para poder seguir trabajando», confesó el diseñador.
Este premio reconoce a un creador o a un colectivo susceptible de ser considerado como creador, por su obra hecha pública o realizada el año anterior. También, en casos debidamente motivados, como reconocimiento a una trayectoria profesional. Para la concesión del premio se tiene en cuenta la calidad de las obras o actividades reconocidas; su carácter innovador y su significación como aportación sobresaliente a la vida cultural y artística española.
Adrover revolucionó el mundo de la moda en los años 90 con colecciones de impacto en las que su compromiso social, su capacidad reflexiva y su preocupación por el medio ambiente se ponían de manifiesto sobre la pasarela.
El diseñador recibió la noticia en su localidad natal y confesó sentirse «abrumado». Adrover aseguró que en el mundo de la moda hay «más tendencia, pero nos falta conciencia», una reflexión, que según sus palabras, no pretende ser negativa: «Que nos lleve a pensar por qué una camiseta puede costar solo cinco euros», dijo ayer. Confía en que el auge de la moda sostenible «no sea una mera cuestión de marketing» y que las nuevas generaciones lo apoyen.
Lo que más le «molesta» de la industria de la moda actual es el «hecho de que falta reacción a lo que está pasando en el mundo. No hay referencias al cambio climático o a la geopolítica. La moda no está conectada a la realidad». Considera que la moda tiene muchas caras «ahora mismo es una locura. No puedo explicarlo, es un monstruo que no tiene alma».
El diseñador mallorquín explicó que había hecho de su Isla su refugio, pero que no vive aislado. «Me llaman para dar conferencias e incluso, después de tanto tiempo para hacer entrevistas», y comentó satisfecho como otros jóvenes diseñadores se inspiran en su trabajo y le siguen viendo como un referente en el mundo de la moda.
A pesar de haber anunciado su muerte creativa, no se cierra a una posible resurrección. «Puedo resucitar en cualquier momento, dependerá de las condiciones y las ofertas».
Su último trabajo fue una exposición fotográfica bajo el título La mort amb prebes torrats en la galería FCM de Santanyí en abril.
Actualmente, Adrover ha encontrado en la pintura una manera de liberar su creatividad, «he encontrado una nueva forma de comunicarme».
3 comentarios
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La indurstia de la moda no és ecològica, canviar d'armari segons decideixin els venedors és insostenible. El més aconsellable és comprar roba bona perque duri més i haver-ne de comprar menys. A més, hi hauria d'haver una etiqueta per la roba que ha estat feta sense explotar als treballadors.
Muy elegante, sí.
Bon tipo ante tot, bon disenyador i sempre en contra del establisment, mes gent així necessitam i menys "pollos sin cabeza" Ànim Miquel!!!