Una persona redactando sus últimas voluntades. | Pixabay

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Colaborar con fines sociales después de morir es una opción por la que cada vez se decantan más españoles a través del testamento o legado solidario, una decisión que han tomado casi 9.000 personas en la última década y que no es algo que esté solo al alcance de grandes patrimonios.

Así lo asegura David Moreno, portavoz de Testamento Solidario de Unicef, una de las veinticinco entidades que forman parte de Legado Solidario.org, entre las que figuran también Aldeas Infantiles, ACNUR, Amnistía Internacional, ANESVAD, Ayuda en Acción, Cáritas, Manos Unidas, Médicos Sin Fronteras o Save the Children.

¿Pero cómo es este tipo de testamento?

El testamento solidario es una opción que tiene la persona, tras su muerte, de colaborar con una organización sin ánimo de lucro, incluyéndola en su propio testamento y es un procedimiento tan sencillo como concertar una cita con un notario y abonar una pequeña cantidad por este trámite.

«No es una proceso complejo ni para ricos», afirma David Moreno, que reconoce que hay causas que llaman más la atención que otras, por ejemplo, las que tienen que ver con los programas de atención a la infancia o la ayuda a la cooperación.

En la actualidad, estas herencias pueden llegar a representar el 5 por ciento de los ingresos de las organizaciones, aunque «está en crecimiento» y será más importante dentro de unos años porque hasta hace poco nadie había oído hablar de esta opción ni la conocía «y cada vez hay más personas que se interesan, preguntan y lo incluyen en sus testamentos».
Según datos del Consejo General del Notariado, entre 2007 y 2017 un total de 8.799 personas han hecho testamento solidario, aunque no facilita datos sobre la cuantía económica que supone esta opción.

No obstante, fiel a la filosofía de estas organizaciones, David Moreno asevera que «cualquier aportación es importante y toda ayuda es valiosa», por lo que «nadie debe pensar que porque no disponga de grandes cantidades no puede donar y no merece la pena».

En cuanto al perfil del que hace testamento solidario, el portavoz de UNICEF señala que en líneas generales son personas solteras o viudas sin hijos, ya que este hecho le da libertad para disponer de sus bienes, aunque cada vez son más las que optan por incluir a una ONG en su testamento sin vulnerar la legalidad vigente.En este sentido, recuerda que en España una persona con hijos está obligada a dejarles al menos dos tercios de su herencia.

Como dato llamativo, señala que, en el caso de UNICEF, casi la mitad de las personas que dejan la herencia no han tenido vinculo alguno o han sido socias de UNICEF en vida.
David Moreno también destaca que una de las grandes ventajas del testamento solidario es que no tributa y cualquier aportación que haga esa persona «tiene la seguridad de que irá íntegramente a la causa».

Por este motivo, no suele haber problemas judiciales con la familia del fallecido, ya que se hace ante notarios y ellos saben muy bien como redactar y la situación del que lega y es complicado que se puedan impugnar.

Lo que sí ocurre a veces, ha indicado David Moreno, es que cuando los hijos conocen que sus padres o madres han dejado en su testamento herencia para una ONG es para ellos motivo de orgullo, incluso en un caso concreto, la cantidad legada no alcanzaba lo que había en la cuenta bancaria «y los hijos decidieron poner lo que faltaba y cumplir así la voluntad de su padre o madre».