Tony, que nació en Mallorca pero que vive en Madrid, es masajista particular y camarero del bar Organic Club, de Chueca. El pasado sábado se casó con un joven, José Antonio, fetichista como él. La boda leather –boda en que la pareja va vestida de cuero– se celebró en el citado local a las pocas horas de haber ganado el concurso, siendo la primera boda leather que se celebra en Mallorca.
¿Cuántos se presentaron a Mr. Fetish Balears?
—Fuimos cinco e hicimos tres pases: ropa deportiva, ropa de vestir y ropa interior. Este título me da la oportunidad de presentarme a Mr. Fetish España.
¿Qué es el fetichismo?
—Es un modo de vida como otro cualquiera. Somos personas que no tenemos complejos y vamos por libre por la vida, respetando a los demás. Queremos que el mundo nos vea como personas que quieren dar visibilidad a esta filosofía de vida y no como simples disfrazados. Es decir, puede que nos distingamos por la igualdad y la libertad sexual, aparte de la indumentaria que lleves, que puede ser cuero, látex, rubber (un tipo de goma), uniformes, trajes, botas, etc. Son muchas las formas de vestir. Tal vez el leather, el cuero, podría ser un poco la imagen que te identifica respecto al resto. Pero, ya digo, aparte de que es muy variada, la forma de vestir es lo de menos. Yo me identifico plenamente con este modo de vida desde el pasado mes de febrero.
Muchos les identifican como el sector duro entre los homosexuales...
—¡Que va! Duro lo puede ser cualquiera. Desde nuestro mundo a cualquier otro. No tiene por qué vestirse de cuero para serlo, o parecerlo. Ni tampoco que te vistas de cuero significa que seas un tipo duro y que vas repartiendo puñetazos. Es más, nosotros no nos identificamos para nada con la dureza.
¿Por qué se visten de negro?
—Es que tampoco vestimos de negro, quiero decir que el negro no es obligatorio en nuestra forma de vestir, la prueba la tiene en que cuando me casé, mi pareja iba de rojo y yo de azul.
¿Forman un clan?
—En absoluto. Ni clan, ni círculo. Es decir, no estamos cerrados a nada ni a nadie, sino que nos relacionamos con cualquier tipo de persona. Somos gente abierta. Y en cuanto a nuestro nivel cultural es medio-alto. Nos encanta la lectura, el arte en general, la ópera… En todo caso pertenecemos a la SLFC, o Spanish Leather & Fetish Community.
Enumere algunas cualidades de los fetichistas
—Libertad de expresión, libertad en general, ningún tabú, sinceridad…
¿Está el sado dentro del fetichismo?
—Sí, claro. Pero no significa que todos practiquemos sado.
¿Tienen algún referente?
—Bueno, este movimiento lo creo Tom of Finland, en los años 50, empezando a vestir de cuero o con uniformes.
¿Podría ser Marlon Brando uno de sus ídolos? Lo decimos por la película La ley del silencio, historia de estibadores, tipos duros; él, generalmente, vestido de negro, algunas veces con chupa de ese color.
—Podría ser, pero para mí Brando pertenece a otra época. Me queda un poco lejos. En todo caso me identifico completamente con George Michael y Freddie Mercury.
Hoy, entre ustedes, ¿siguen funcionando los pañuelos de colores que identifican el deseo o disposición de quien lo lleva?
—Siguen existiendo, sí, pero sobre todo para grupos más cerrados. Porque hoy vestimos como todo el mundo, guiándonos por la moda y por el gusto hacia determinados colores y no por su significado, que puede tenerlo. Lo de los colores se creó porque eran años de ocultismo, donde había cierto temor para hablar e identificarse. Por eso se creó ese código. Pero hoy, con la libertad que hay, ya no es necesario.
Pero, pongamos por caso que una persona que va a una discoteca de ambiente y que quiere mostrar que es un guerrero que busca emparejarse, ¿qué color tendría que llevar?
—Pues para demostrar que es persona activa en ese aspecto, el negro o el azul. Pero, como digo, los colores ya no se usan.
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