Lo cierto es que estos postres y los turrones son la oportunidad perfecta para reunirse con los más pequeños de la casa o con amigos y disfrutar de un improvisado taller de cocina.
Esta época del año es cuando debemos aprovechar para valorar, más si cabe, los pequeños momentos, acompañados de nuestros seres queridos. Y porqué no, hacerlo a través de la repostería europea más deliciosa. Conocer otras culturas a través de la gastronomía puede ser una buena idea, y probablemente muy divertida si la compartimos en una tarde de frío. Aquí te dejamos algunas de las propuestas más dulces de la Navidad europea.
■ Christmas Pudding. Cada país tiene su postre estrella para las comidas de Navidad, en el caso de Reino Unido sería una infidelidad no servir el Christmas Pudding el 25 de diciembre, un postre al vapor que se sirve relleno de frutos secos. Las primeras muestras culinarias se dieron en Inglaterra; se trata de un dulce tradicional, cuya receta se va heredando de generación en generación. Uno de los motivos por los que se venera tanto es porque las recetas son muy personales y cada familia mantiene la suya en el tiempo. Cuando empezó a cocinarse, era costumbre enrollar la masa en un paño y dejarla secar durante varios días e incluso semanas para intensificar su sabor; a día de hoy, hay quienes lo siguen haciendo.
■ Lebkuchen. Alemania es pionera en todo lo que se propone y la repostería no iba a ser su punto flaco. Las Lebkuchen son unas galletas con sabor a jengibre que enamoran a todo aquel que tiene el placer que probarlas. De hecho, en la ciudad de Núremberg están reconocidas como producto con denominación de origen, y en el resto de Alemania son veneradas por ser el postre estrella de las comidas navideñas. Se trata de un dulce muy popularizado entre las fiestas de la Navidad que también es conocido en muchas zonas de Europa. A pesar de ello, las leyes de gastronomía alemana han permitido que su receta quede bajo el más profundo silencio, para que solo algunos privilegiados tengan el lujo de poder cocinar este pequeño manjar de origen tudesco.
■ Panettone. Vale la pena hacer mención a nuestro país vecino, ya que Italia puede presumir de tener en su tradición gastronómica un dulce navideño como el Panettone. Hablamos de un bollo dulce y con sabor a mantequilla que en su origen estaba relleno de frutos secos. Antiguamente, se trataba de un producto de lujo no apto para todos los bolsillos, debido a que los ingredientes estaban considerados como una delicatessen. A día de hoy, podemos encontrar Panettone en prácticamente cualquier lugar, pero sus raíces empezaron a crecer en la ciudad de Milán. A pesar de ello, existen varias teorías acerca de su historia, desde el romance entre un joven aristócrata y la hija de un pastelero, hasta la más convincente y popular del Duque de Milán, en la que el lavaplatos terminó siendo el autor del postre.
■ Galette des Rois. Poco tiene que ver el norte francés con España, pero lo cierto es que el roscón y la Galette des Rois parecen primos hermanos. Se trata de un hojaldre de almendras, en el que se coloca una figurita en el interior para que, quien la encuentre, se convierta en rey por un día. Tradicionalmente, las familias francesas dejan que sea el mayor de la familia quien corte el dulce, mientras que el más pequeño se queda debajo de la mesa asignando los trozos a los comensales. La Galette des Rois también simboliza la corona de los reyes, y hay teorías que afirman que su existencia es anterior a la época romana. En cualquier caso, ¿por qué no animarse a degustar este hojaldre dulce y vivir el día de Reyes de una forma diferente?
■ Roscón de Reyes. Con muchos años de tradición, es el postre emblemático de la Navidad española. Sí, el Roscón de Reyes es el invitado especial de todas las comidas en el día de Reyes. Un bizcocho en forma de rosca que pretende imitar una corona real, con fruta escarchada que simboliza las joyas de la corona. Su origen no termina de quedar claro, pero se dice que su máximo representante es el rey francés Luís XV, a quien su cocinero eslavo le regaló un roscón con un medallón de diamantes en su interior. También hay quien dice que la tradición del roscón es mucho anterior al rey francés y que ya en la época de los romanos podíamos encontrar este postre. Hoy en día, ya sabemos que se trata de una masa dulce que alberga una figurita y un haba para que, además de postre, se convierta en un divertido juego familiar.
■ Cougnou. Bélgica presenta el Cougnou para reivindicar su puesto en el ránking de repostería navideña porque, a pesar de su sencillez estética, el sabor de un buen Cougnou se convierte en toda una experiencia gastronómica. Es un tipo de dulce muy similar al pan de brioche, pero en este caso se toma durante el día de Navidad. Habitualmente, como marca la tradición, el dulce se le suele dar a los más pequeños de la casa, ya que simboliza la cuna de Jesús y, en muchas ocasiones, se le incluye una figurita o huevo duro en el centro. Tranquilos, que para aquellos a los que le preocupe cómo pronunciar su nombre, otra forma de llamarlo es ‘Pan de Jesús'.
■ Makowiec. El frío polaco puede no ser un gran enemigo, si tienes con qué combatirlo. Para ello, el postre más emblemático de la ciudad y un buen chocolate caliente son de gran ayuda para enfrentarnos a las bajas temperaturas. Concretamente, hablamos de un bizcocho enrollado sobre semillas de amapola. La elaboración es bastante sencilla, pero lo más significativo es el sabor tan especial que le caracteriza, y que se consigue a través de las semillas de amapola. Un homenaje a nuestras papilas gustativas en el que el sabor polaco se convertirá en el protagonista. Además, para los que quieran sacar a la luz su lado más gourmet, este postre es una de las mejores formas culinarias de empezar.
■ Pepperkaker. De Noruega a Hollywood. Las Pepperkaker son conocidas como las galletas de jengibre y es que, a pesar de que muchos de nosotros no las hayamos probado aún, la mayoría las conocemos por alguna que otra serie o película de animación. Podemos encontrarlas en muchas pastelerías, pero las originales siempre serán del norte de Europa, concretamente de Noruega. Estas galletitas con formas divertidas pueden ser la excusa perfecta para reunir a los más pequeños de la casa y pasar un rato familiar haciéndolas. Una vez terminado el taller de cocina, seremos nosotros mismos algunos de los comensales. Lo mejor de este postre es poder disfrutar de su sabor, dejando fluir la imaginación creando todas las formas que se nos ocurran. ¿Quién se apunta?
■ Risalamande. ¿Arroz con leche de Dinamarca? La verdad es que no suena del todo convincente. Por eso, el nombre que más se adecua es el de: Risalamande. Se trata de una pasta similar al arroz con leche pero que, en este caso, se mezcla con nata montada, caña de vainilla y almendra picada. En su interior, para recalcar su calidad de elaboración navideña, se suele incluir una pequeña figura a modo de juego. Es un postre tradicional de Dinamarca y muy hogareño, por lo que cada familia suele adaptar las recetas y darles un toque personal. Lo mejor es que, a pesar de ser dulce, como es un arroz acompañado por sabores ligeros, hace que podamos comer sin sentir que se trata de un postre demasiado empalagoso. Si buscamos impresionar a nuestros invitados, este dulce es una de las opciones más acertadas.
■ Fritule. Como se suele decir, el último pero no menos importante viene protagonizado por Croacia. El postre estrella de los croatas son los Fritule, unos buñuelos navideños que se suelen servir acompañados de una ración de pasas. Es conocido por ser un manjar en el que cada bocado se convierte en una explosión de sabor. Además, el azúcar espolvoreado por encima es la decoración ideal para la Navidad recordando las nevadas que caen durante estos días tan señalados. Para aquellos que se animen a problarlos, simplemente decir que su sabor nos atrapará para siempre. Y para los que quieran sacar su lado más gastronómico, adelante, porque los Fritule son de elaboración sencilla.
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