Ferrera fue rescatado este martes en aguas del río Guadiana por efectivos del cuerpo de bomberos tras caer desde un puente de gran altura ubicado sobre el cauce fluvial a su paso por la ciudad de Badajoz, según publica el diario El Mundo.
Al parecer, y según las citadas fuentes, el diestro también ha sido atendido por un posible cuadro de ansiedad.
La historia de Antonio Ferrera es la de un torero muy peculiar, con una personalidad muy marcada dentro y fuera del ruedo, que ya en 2015 sufrió un duro momento personal a raíz de una lesión que le obligó a apartarse del toreo durante dos temporadas.
Dos años -2015 y 2016- en los que su toreo experimentó un cambio extraordinario, metamorfoseando de aquel torero explosivo, experto con las banderillas y acostumbrado a las corridas duras, a un espada totalmente diferente, con un poso, una naturalidad, una torería que hasta ese momento no había demostrado en el ruedo. Y todo, según sus propias palabras, se debió al largo tiempo que tuvo para reflexionar y buscarse en su interior, dos temporadas en las que, una grave fractura en el brazo izquierdo sufrida en la localidad mallorquina de Muro, le obligó a pasar por el quirófano en varias ocasiones y le hizo caer también en una crisis personal de la que, también según él, consiguió salir gracias al toreo.
En 2017 reapareció en Olivenza (Badajoz), su tierra adoptiva, y desde entonces el nuevo Ferrera consiguió conquistar gracias a su renovado concepto, plazas tan importantes como Sevilla, Madrid, Bilbao, Zaragoza, numerosas del sur de Francia y también en México, donde es considerado uno de los toreros españoles predilectos.
Así, esta temporada había arrancado de una manera excepcional, con triunfos en Aguascalientes (México) y Olivenza, y dejando también su impronta en su doble comparecencia en la Feria de Abril de Sevilla, donde logró cortar una oreja a un bravo y exigente toro de Victorino Martín.
Ahora le espera San Isidro, donde es uno de los pilares de la feria gracias a las tres tardes en la que está anunciado, gracias, precisamente, a buen ambiente dejado en sus últimas comparecencias en la primera plaza del mundo.
Sus compromisos en el considerado mundial del toreo son el 1 de junio, con la corrida de Zalduendo y acartelado junto a Curro Díaz y el mexicano Luis David; el día 6 del mismo mes, con toros de El Puerto de San Lorenzo, Miguel Ángel Perera y López Simón de compañeros, y el 7, con un cartel completado por Diego Urdiales y Ginés Marín, y los toros de Alcurrucén.
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