No todas
A pesar de la popularización del término, lo cierto es que sólo se refiere a un tipo de aficiones relacionadas, sobre todo, con algunas series, determinado cine (ciencia ficción y terror) y el mundo de los videojuegos. «Por ejemplo, Fernando Alonso es un friki de los coches, pero nadie le llamará friki. En España el detonante fue el estreno La guerra de las galaxias a finales de los años 70», explica Toni, que se declara un friki del cine de ciencia ficción y de miedo. «Y si se combinan ambos géneros, como el Alien o La Cosa, ya es el no va más».
En su tienda, abierta hace tres años, comenta que tiene clientes «desde niños a jubilados. Además, para los clientes que lo deseen les hacemos piezas especiales en 3D, como la pistola de Han Solo, la mano de Deadpool o alguno de los monstruos de Alien». Toda afición lleva un desembolso económico y este mundo no podría ser una excepción. De hecho, el nivel de frikismo es proporcional al dinero que uno se puede gastar en esa afición. «Algún cliente se ha llegado a gastar 400 euros en un día», dice Toni.
Dentro del mundo friki, diversos aspectos de la cultura japonesa son venerados por parte de la sociedad occidental, y no sólo la comida. La 'locura' va desde los manga a los dibujos o las series, pero algunos han ido más allá y se han hecho entusiastas de aspectos más serios, como el shinigami, que no es más ni menos que los dioses o seres sobrenaturales que invitan a los seres humanos hacia la muerte. «Si las almas no tuvieran un guía, no llegarían al más allá», explica Verónica Guillén, integrante del grupo Shinigamis de Mallorca, que cuenta con una veintena de miembros. «A todos nos encanta Japón. Yo sólo he podido ir en una ocasión, pero David (Cerdà) y Verónica ya han estado cuatro veces», explica Irene Bonnín, quien luce un llamativo color azul. «Antes llamaba más la atención, ahora ya la gente casi ni lo mira», dice.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Los frikis han sido asimilados por el Sistema.De pena.