El diestro Julián López 'El Juli' durante el festejo taurino de Cuatro Caminos de Santander. | Pedro Puente Hoyos

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Aquel niño prodigio que revolucionó la tauromaquia mundial cuando apenas había rebasado la adolescencia, que pasó la infancia entre becerros y novillos, acumula ya 21 años de matador de toros. Más de dos décadas entre los grandes. Julián López Escobar, 'el Juli' (Madrid, 1982) reconoce que disfruta más ahora que no tiene la «presión del éxito».

Junto a Morante y Manzanares -Roca Rey no podrá asistir por una lesión cervical- el madrileño estará en el Coliseo Balear el próximo 9 de agosto en la corrida que supone la reivindicación taurina de Palma de Mallorca. El diestro madrileño, recién llegado de Santander y antes de torear mañana en Cuenca, atiende con amabilidad a Ultima Hora.

El día 9 regresa al Coliseo Balear en una corrida de toros muy especial

—Me encuentro preparado y muy ilusionado. Es un día que tengo señalado porque supone un reencuentro con una plaza que trae muy buenos recuerdos.

Casi siempre que acude a Palma suele salir a hombros. Sucedió en 2001, con tres orejas, y en 2003 cuando cortó dos apéndices. ¿Qué le transmite esta plaza?

—Me gusta mucho. Es una plaza con sensibilidad, calidez y para mí es un lujo volver a torear aquí después de todo lo que ha sucedido.

El cartel también es inmejorable con Morante y Manzanares.

—Es, sin duda, uno de los carteles de la temporada que además reunirá a diferentes estilos de entender el toreo. Será una noche especial.

¿Cuál es el estado de salud del toreo a día de hoy?

—Estamos en un momento de divulgación de qué es la tauromaquia. No todo el mundo es capaz de entender este arte y en eso estamos.

¿Cómo está el Juli después de más de 20 años de alternativa?

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—Feliz. Maduro y sin la presión del éxito disfrutas más con tu trabajo. No tengo esa necesidad de vivir del éxito ni de cortar orejas como cuando eres joven y te tienes que hacer con un hueco en este mundo. Ahora disfruto más de las sensaciones que del éxito.

El Govern prohibió los toros con muerte en Baleares en 2017, pero el Constitucional lo eliminó.

—Es un gran paso. Palma ganó la primera batalla y ahora todos esperamos que se gestione bien la plaza para que venir a torear aquí no sea una excepción.

¿Cree que volverá a ser aquella plaza de categoría que fue en su momento?

—Ojalá que sí. Debería volver a ser lo que fue porque Palma siempre ha tenido una gran afición y un buen gusto por el toreo.

¿Qué opina del movimiento antitaurino que se está generando?

—Respeto a la persona que no le guste porque es un arte y el arte no está hecho para todos los ojos. Como a todo el mundo no le gusta el mismo cuadro o el mismo libro. Para opinar de algo primero hay que conocerlo. Lo que no me gustan son los radicales.

Una curiosidad: ¿Quién ha sido el mejor torero de la historia?

—Es injusto resumir la tauromaquia en un torero. El que ha llegado a lo más alto es porque reunía cualidades y se lo merecía...

Como el Juli...

—Bueno. Yo hago lo que puedo. Pero es verdad que estoy contento con mi trayectoria, que está siendo amplia y completa.