El juez, por un serie de acontecimientos que sucedieron posteriormente, de regreso a su casa, sita en Sant Pere Nolasc, fue asesinado por unos encapuchados –dicen que el motivo fue por haber dictado una sentencia en contra de un miembro Canamunt–, y este lunes se recreó el entierro en el mismo sitio donde le mataron. Por eso, a las 19.30 horas, vestidos de negro, se reunieron en la Plaça Santa Eulària, y a pie fueron hasta la calle Sant Pere Nolasc al son de las notas de un violín y una flauta, llevando con ellos un retrato del juez al son de la música de El Padrino y el Amigo Félix, de Enrique y Ana. Abriendo el cortejo iban Na Bet y sa mare, de la familia de los Anglada. Según la historia, Na Bet Anglada había sido novia de Nicolau Rossinyol.
Los Anglada y Rossinyol fueron dos familias palmesanas enfrentadas entre sí porque ambas querían tener el poder del Ajuntament, enfrentamiento que se recrudeció tras la ruptura del compromiso matrimonial de los jóvenes y al que Nicolau añadió más fuego al insultar a la familia de ella. Fue tan encarnizada la confrontación entre ambos bandos, que se dijo que aquí n'hi ha per na Bet I sa mare; es decir, que aquí hay palos hasta para la novia y su madre.
Los allí reunidos brindaron con chupitos de Jägermeister y dieron las gracias a los que habían participado, felicitándose por el éxito que había tenido la fiesta y deseando verse el año que viene.
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