Frente a frente y separados por más de ochenta años de constante evolución en el diseño náutico.
El Alicia cobró forma en los Astilleros estadounidenses Defoe de Bay City a principios de los años 30 como el Janudore, conocido más tarde con el nombre de Fulmara. Su elegante apariencia con dos mástiles y chimenea tradicional a media eslora, según diseño de John H. Wells, y completamente restaurada en Gran Bretaña durante una rehabilitación de tres años, le sitúan entre los grandes clásicos supervivientes.
Sus 47 metros le permiten acoger a diez invitados y nueve tripulantes en un ambiente vintage con paneles de caoba, mosaicos y cubiertas de teca.
En abierto contraste, el Venus, encargado por Steve Jobs, y diseñado por Philippe Starck, fue entregado por Feadship en Holanda al coste de más de 100 millones de dólares, un año después del fallecimiento de su propietario. Sus 78 metros de eslora destacan por su aspecto futurista y que recuerda más un edificio minimalista. Entre sus instalaciones destacan unas cubiertas acristaladas que llegan a la proa. En la actualidad pertenece a la viuda del fundador de Apple, Laurene Powell y el aspecto de sus interiores permanece en secreto. La evolución del diseño naval a lo largo del tiempo ha sido constante y más espectacular entre los siglos XX y XXI por lo que concierne a los barcos de propulsión mecánica.
2 comentarios
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Mira que es feo el moderno Venus!!!!
Pues vaya mamotreto el moderno, me lo encuentro navegando y me pienso que es un contenedor flotando y que bonito el antiguo