Imagen de la videoconferencia del grupo Las Ovejas de Mica, | Click

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Ahora que las Ovejas de Mica cumplen una década, se ha visto atrapada por esta pandemia catastrófica y global que, además de amenazar la salud humana del planeta –nos dice Mica Cañellas, fundador del citado colectivo de apoyo a los alcohólicos–, «también afecta a la de nuestro grupo de usuarios, frenando de golpe nuestra actividad de crecimiento, desarrollo personal y, por supuesto, deshabituación, dejando el consumo para siempre, eligiendo el Vivir y erradicando el Beber».

Mica, a punto de iniciar la videoconferencia de la semana con un grupo de alcohólicos, que, pese a la pandemia, quieren seguir con las terapias, señala que «son muchos años de trabas y adversidades, pero siempre hemos salido adelante, más resilientes y con más fortaleza. Y en este caso, hemos podido superar este bache tan espeluznante como es la pandemia y, gracias a las nuevas tecnologías, seguimos dando terapia cada día desde casa, dando ejemplo de #yomequedoencasa».

Para ello han creado un programa diario de videoconferencia en el que participan 50 personas.

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«Debido a la estrechez y situación económica –señala Mica–, al ser nuestra asociación una ONG que se autofinancia gracias a los asociados, pues nunca ha recibido ninguna subvención, ni del Govern, ni Consell, ni Ayuntamientos, tan sólo algunas aportaciones privadas de La Caixa, de alguna otra entidad y de pequeñas aportaciones privadas de empresarios amigos, para sacar adelante nuestro particular #yomequedoencasa nos hemos ajustado, rebajando un 70 % la cuota (a las personas que no la pueden pagar, se lo hemos dado gratuito), hemos aumentado dos días más de terapias (cinco a la semana) y hemos puesto a disposición de nuestros usuarios un psicólogo y un servicio de atención telefónica durante las 24 horas del día, gracias al ofrecimiento de voluntarios y veteranos».

Nos cuenta Mica que si son tiempos malos para todos, «para los alcohólicos y drogadictos son peores, ya que se nos hacen muy difíciles, sobre todo por la presión social y los mensajes que llegan desde el exterior («cuando acabe todo esto, nos vamos a celebrarlo y a pegar una fiesta o borrachera»), ya que nos afecta y les hace cuestionarmos el excelente trabajo de superación que estamos realizando. Por eso queremos contribuir aportando también nuestro mensaje personal para animar y motivar a aquellos que sufren y padecen, y que tienen la COVID- 19 y, especialmente, a los sanitarios y fuerzas de seguridad que luchan. Porque nosotros, dentro de la desgracia, tenemos mucha suerte de tener esta enfermedad (alcoholismo y drogas), ya que resolver el problema que ésta nos plantea dependerá de nosotros mismos y no de un maldito virus».

A través de la vídeoconferencia, Mica anima a todos los alcohólicos y drogadictos confinados que se están rehabilitando a que entiendan que sin alcohol, «por muy encerrados que estemos –subraya–, somos libres al no depender de ninguna sustancia».

Según Mica, el encierro es más llevadero, pues puede hacerlo en casa, «pero para el bebedor social, o alcohólico no reconocido, el confinamiento puede generarle mucho malestar, ansiedad e irritabilidad, ya que, acostumbrado a beber de alterne, en bares, lugares de ocio, etcétera, tener que beber ahora en su casa, hace que se sienta vigilado y condicionado. Este hecho puede desencadenar conflictos familiares, reproches y recriminar que antes, al estar ausente, eso no sucedía. De ahí que sea muy importante, aunque lo hagamos a través de vídeoconferencia, el contacto diario porque –apostilla– esta es una terapia como otra cualquiera, en la que cada uno exponemos nuestros problemas y planteamos nuestras dudas, aunque, en este caso, a través de una pantalla».