Disfraces, músicas y actuaciones no han faltado desde el balcón de estos vecinos de Sa Torre.

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La orden de confinamiento en España llegó hace ocho semanas llena de incertidumbres para todos. El coronavirus nos amenazaba y pasamos a recluirnos en casa sin saber hasta cuándo, ni las consecuencias que tendría la llegada de la COVID-19. Y en esa situación complicada, hemos conocido diferentes historias de personas que han convertido sus balcones o terrazas en escenarios con el objetivo de hacer que este encierro fuera menos duro para sus vecinos, especialmente para los más pequeños que, sin comprender muy bien lo que ha ocurrido y la dimensión del problema, han visto que sus vidas se recluían de uno día para otro dentro de sus hogares. Dos de esas personas que han tirado de ingenio para disfrute de sus vecinos han sido Tolo Costa y Ángel Cancelo, dos vecinos de Es Vedrà, en la urbanización de Sa Torre de Llucmajor.

Lo que comenzó a mediados de marzo por poner unos minutos musicales, siguió con actuaciones, pequeñas representaciones, disfraces, celebración de cumpleaños y todo aquello que les pidieran de balcón a balcón. Así durante más de 50 días, sin faltar ni uno solo, aunque la confirmación este sábado del cambio en la desescalada en Mallorca a fase 1 a partir del lunes quizá reduzca algo su público. Es por ello que ahora sus vecinos, alrededor de 70 de la urbanización, quieren agradecer a Tolo y Ángel todos los momentos que les han brindado.
«Durante estas semanas han logrado que por unos momentos nos olvidásemos de la situación que estábamos viviendo. Cada día salíamos a ver qué pasaba, con qué nos sorprendían», cuenta, muy agradecida, Sandra, quien reconoce que hay un antes y un después del confinamiento con el resto de vecinos.

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Tolo y Ángel han logrado que personas que antes no tenían relación, pese a vivir a escasos metros, se sientan hoy más unidos.

Una de las vecinas cuenta que, gracias a ellos, «mi hijo pequeño asegura que este cumpleaños ha sido el mejor de su vida». Y es que estos dos vecinos le organizaron una ‘particular' fiesta. «No faltó de nada, se disfrazaron, tiraron confeti, hubo chuches e incluso le hicieron llegar un regalo», cuenta.

«Probablemente ahora la situación vuelva un poco a la normalidad, la gente volverá al trabajo y no sabemos si ellos se desanimarán ya un poco o seguirán saliendo como cada día, pero les queremos agradecer los buenos momentos que nos han dado».