Vaquer toma las riendas de este legado familiar tras el paso de Josefina García y su hija Elena, que desde los 90 hasta el año pasado regentaron este establecimiento emblemático de Palma.
Estrella michelin
Sandwiches, bocadillos, llonguets, pan de pita y ensalada son los ejes vertebrales de una oferta basada en la gastronomía mediterránea oriental. Y al frente está el chef Claudio Lemos, en cuyo currículum hay multitud de estrellas michelin y que ha trabajado con Martín Berasategui, Michel Bras o Pierre Gagnaire. Tras pasar por reputados restaurantes y hoteles de todo el mundo y Mallorca, también prepara la reapertura de Can Frasquet, a pocos metros de Colmado Colom, que cambia el logo tradicional del pájaro por una imagen vintage con el añadido Food & Go'.
«Será una cocina para el cliente local y todos los bolsillos. Será urbana, sana, para llevar o comer al momento y donde el cliente elige los ingredientes. El protagonista es el producto local, de kilómetro cero, y recuperamos ese sabor de Mallorca olvidado hace siglos como es la cocina sefardí», dice Lemos, uruguayo, judío y reconocido como el único chef de cocina kosher de la Isla.
Lemos bebe de los recetarios de Mallorca, Italia, Grecia o Turquía a la hora de diseñar la carta de Colmado Colom y además, aprovechará lo productos del establecimiento para elaborar a la demanda de cliente: «Aprovechando la tradición de la latería del Pais Vasco, podríamos hacer al momento un pita relleno con unas sardinas de lata, pero también de cordero con naranja, miel o cúrcuma, o con albóndigas de pato y manzana. También proponemos un taboulé con lima rallada y mango en tempura».
El renacimiento del Colmado Colom recuerda a sus fundadores. «Mi bisabuelo Matías Colom fundó este establecimiento que llevaba su mujer, María Cañellas. Mi abuelo Pedro Vaquer se inspiró en las tiendas delicatessen de París y fue regentado por las hermanas Carmen y Magdalena Colom», cuenta Natalia Vaquer. En los años 60, 70 y 80, Colmado Colom servía productos gourmet a los hoteles y restaurantes de lujo, además de cestas de Navidad. Ahora, Vaquer recoge el testigo y sigue la senda de las mujeres de su familia. «No quería que se perdiera este legado», dice la empresaria, que tiene tres hijas y donde podría germinar la quinta generación de este negocio.
5 comentarios
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Q bé 😊👏🏻👏🏻👏🏻
Lo clásico tendría que permanecer siempre clásico , más a día de hoy ,que todo lo típico y auténtico va desapareciendo , una lástima , tanto diseño y tanta decoración que al fín al cabo te deja un sin sabor a primera vista !!!
Lemos es un chef creativo de renombre, pero la cocina mallorquina nunca ha olvidado las recetas de Sefarad porque están integradas en nuestra tradición. Son parte de nuestra historia: Muchas recetas clásicas mallorquinas tienen éste origen. Aunque desde luego no son Kosher: se adaptaron a la cocina cristiana al introducir el cerdo. No hace falta ir a Italia o Turquía para encontrarlas: basta con ahondar en nuestras raíces. Son pura cocina mediterránea. Por cierto: los vinos en botella jamás hay que almacenarlos en vertical, como aparecen en la foto.
Antes era un local con alma. Daba sensación de buen servicio y proximidad, ofreciendo buenos guisos para llevar. El centro está lleno de oficinas y despachos que compraban ahí sus comidas preparadas. Ahora parece una sala de asepsia total (lo cual no es malo en tiempos del Covid), pero el problema es que es fría y nada acogedora. No invita por falta de calidez. Y esa decoración tan fúnebre no parece augurar nada bueno: Que manía con el color negro! algo que hace años se ha abandonado en todo el mundo. Se confunde elegancia con frialdad. Le pondría un color cálido y atrayente. La desaparición del logo tradicional (de excelente y llamativo diseño clàsico ) le resta esa tradición que pretenden recuperar. Les deseo lo mejor, pero creo han errado el primer tiro.
Enhorabona i feina per molts d anys