Tomar algunas precauciones o conocer las maniobras de primeros auxilios puede reducir las muertes por ahogamiento.

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Los datos del Instituto Nacional de Estadística apuntan a que los ahogamientos en España suponen un 13% de las principales causas de muerte infantil por lesiones en niños de entre 0 y 14 años, además de ser la segunda causa de muerte accidental después de los siniestros de tráfico.

Así, la Asociación Española de Pediatría recuerda que tan solo dos centímetros de agua son suficientes para que un bebé pueda ahogarse en menos de dos minutos dentro de una piscina pequeña, bañera o cualquier otro sitio no profundo.

Lo primordial para evitar que se produzcan situaciones de ahogamiento es mantener la vigilancia constante cuando el niño esté, no solo en el agua, sino también jugando en los alrededores.

Para los niños menores de 5 años hay que tener en cuenta que la mayoría de ahogamientos se producen en piscinas particulares o de comunidades privadas, por lo que vallar el perímetro completo de la piscina puede reducir en un 95% las muertes por ahogamiento en esta franja de edad.

En cuanto a los adolescentes, los ahogamientos se dan con más frecuencia en lagos, ríos o en el mar. Un dato curioso apunta a que el 25% de los adolescentes ahogados en España había consumido alcohol y otro alto porcentaje de ahogamientos se producen por lesiones tras una zambullida en zonas de escasa profundidad. Evitar estas prácticas es otra de las recomendaciones para disminuir los ahogamientos en estas edades.

Los atrapamientos por succión que tienen lugar cuando el niño es retenido por las fuerzas de aspiración del fondo de una piscina es otra de las causas a tener en cuenta, ya que pueden llegar a producir la muerte por ahogamiento por la succión e inmovilización en el fondo de la piscina.

Otra recomendación de la AEP es apuntar a los niños a clases de natación desde el primer año de vida, lo que puede disminuir las tasas de ahogamientos en los niños, aunque esto no supone una protección completa contra los ahogamientos, por lo que es necesario igualmente mantener una supervisión continua.

Cuando ya se ha producido un ahogamiento, todos los segundos cuentan, por lo que es importante la rapidez para sacar del agua a la persona que se está ahogando, así como para iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP)

De este modo, ante un caso de ahogamiento, lo que hay que hacer es seguir la conducta P.A.S (proteger, alertar y socorrer):

Para realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar, hay que seguir los siguientes pasos que explica Cruz Roja.