Así, contó que, tras un año de amistad, decidieron empezar a salir. «Él me lo proponía, pero a mí me daba mucho miedo. Cuando te están juzgando sin conocerte, te cuesta creerlo y te preguntas por qué. Una vez que estás metida en el medio, es de otra manera», confiesa la joven, madre de dos niñas junto al DJ.
Rosales también habló de sus principales diferencias. «Kiko necesita tener la casa siempre llena de gente. Yo soy más de tener mi soledad. Al principio lo llevaba mal pero ahora cuando veo que tiene un plan más movidito o algo le digo que se vaya», desveló.
Además, hizo una de las confesiones más duras y que a punto estuvo de dar al traste con su matrimonio. «Confieso que, en un punto de mi relación con Kiko, por todo el tema de su trabajo, pensaba que me podía 'pegar una patada' y pasé miedo». Y todo, según reconoció, por un complejo físico. «Pensaba que se le podía cruzar una chica con más pecho, pero él me ha demostrado que soy yo... A día de hoy es una auténtica estupidez, me tienen que querer a mí como persona y no por unas curvas».
En cuanto a la peor etapa con el hijo de Isabel Pantoja, contó que fue cuando la cantante entró en prisión. «Fue muy duro. Cuando vivimos esa etapa fue mala y ahí fue cuando cayó más. Pero no había otra, había que luchar sí o sí».
Además, aseguró que ahora ve a la tonadillera como una madre. «Nos llevamos bien. Es la típica relación de suegra y nuera. Ahora que mi madre me falta, la veo como una».
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