En febrero del pasado año, dos buenos amigos, Andreu Vidal y Xim Frau, crearon una sociedad, DBB, de la que este último es el gerente, para irrumpir en el negocio de la distribución de bebidas con la firme convicción de dar prioridad a productos propios y exclusivos y que fueran mallorquines al cien por ciento. La actividad arrancó en octubre de 2019, en momentos en los que la demanda en general era creciente.
Apenas habían formado su equipo comercial, integrado por 25 personas, dispuestos a luchar en un mercado difícil y competitivo, cuando llegó lo que nadie esperaba: la pandemia. «Un golpe muy duro, pero el aspecto alentador es que, pese a ello, hemos vendido más el pasado mes de octubre que en septiembre».
Entre los productos propios, de momento, tienen hierbas, vino y cerveza. Pese a tratarse de tres productos fuertemente asentados tanto en restauración, como en hostelería y comercios, «consideramos que, aún así, había un resquicio por donde introducirnos, y lo hicimos pensando, en primer lugar, en la calidad pero con la baza de utilizar nombres y etiquetas que, al menos, llamaran la atención y la curiosidad del consumidor. A las hierbas las identificamos con el nombre Retruc, aludiendo al popular juego isleño, el Truc, y añadimos en la etiqueta una carta de la baraja: el as de bastos. En cuanto al vino, que consideramos que está al nivel de los buenos locales, lo hemos denominado Carros i Someres. Y para la cerveza, el nombre se nos ocurrió mientras comentábamos el lío en el que nos habíamos metido y decidimos que se llamara KinKristo, una expresión molt nostra».
En opinión de Frau, lo que diferencia KinKristo de la mayoría de cervezas «es que la nuestra es lo que se denomina cerveza artesanal: solo agua, lúpulo, cebada y, naturalmente, alcohol y nada de aditivos ni conservantes. Seguro que quienes la prueben por vez primera notarán un sabor diferente a las que suelen elegir pero, igualmente, les sabrá muy agradable y refrescante».
Fórmulas propias
Frau y Vidal no cuentan de momento con fábrica propia. «Con nuestras fórmulas acudimos a bodegas isleñas especializadas». Para poder competir se han visto obligados a reducir precios. «Somos la más modesta distribuidora de entre las ya existentes. Y hemos tenido que ajustar precios al destinatario que, curiosamente, puede o no repercutirlo al cliente final».
Frente a quienes consideran que los vinos de Mallorca tienen un precio elevado, algunos de ellos superiores, en una semejante categoría, a los Rioja o Ribera del Duero, Frau señala que «esa cuestión la hemos debatido con frecuencia. Creo que es la razón por la que no se consume aún más vino de la Isla. Pero hay que tener en cuenta que, aún cuando en el producto local se ahorra el coste del transporte desde la Península, aquí la recogida de uva se paga a 1,50 euros el kilo mientras que en los viñedos de la Península ese coste oscila entre 0,30 o 0,40. También que en las Islas no se fabrican ni las botellas de cristal ni el corcho y eso sí que hay que adquirirlo fuera de Mallorca».
Respecto al futuro, Frau afirma que «los menos optimistas opinan que tardaremos entre 3 y 5 años en recuperar el mercado. Es una cuestión en la que tendrán un peso fundamental los touroperadores. Y en cuanto a nosotros, nuestra facturación está experimentando un alentador crecimiento del 5 %, y eso es porque le echamos mucha imaginación a la gestión».
3 comentarios
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Xim, Gran empresario y mejor persona
I no podrien haver trobat un altre nom que no fos ofensiu?
Supongo que habrá hecho un estudio de mercado. Pero dudo que quienes vengan con touroperadores sean los consumidores de sus productos.