César Blasco, desde hace unas semanas, vive en un coche aparcado en una calle de Palma y come gracias al comedor social Tardor. | Click

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El caso de César Blasco es para tenerlo en cuenta, en el sentido de que con una pandemia del calibre de la que está sufriendo la Humanidad, nadie puede decir que está libre de ella, ni en lo sanitario ni en lo económico. Porque lo que le ha pasado a nuestro protagonista, te puede pasar a ti por mucho que vivas instalado en la tranquilidad que da tener buena salud y una economía saneada.

Porque, mirad: César dejó escrito en el WhatsApp de Toni Bauzá, de Tardor, lo siguiente: «Mi nombre es César Blasco, tengo 53 años, nací en Barcelona, me crié y estudié ahí hasta los 17 años, después, con una beca, estudié Comunicación y Periodismo en Ginebra. Trabajé en el departamento de prensa de Naciones Unidas, lo que me permitió viajar por medio mundo. Incluso, si revisa mi vida laboral, verá que también trabajé para Canal Sur TV, Cadena Ser (locutor de continuidad), Comité Olímpico Barcelona 92, Cruz Roja española en el departamento de violencia de género… A los 32 años me fui a trabajar a Costa Rica, donde me enamoré, me casé y tuve 2 hijos, Jaume, de 17 años, y Jimena, de 15. Allí trabajé en radio y televisión (Canal 11), así como en diversos departamentos de prensa, y hace unos años me reinventé en el sector turístico. Mi vida era normal, de clase media. Hace unos años, como Costa Rica depende al cien por ciento del turismo, compré un pequeño hotel, a medias con el banco, pero llegó la pandemia, y con ella el cierre y la ruina, ya que al final el banco se quedó con todo el esfuerzo de muchos años. Con la ruina a cuestas, otros españoles y yo conseguimos la ayuda para volver a España a través de la embajada. ¡Volver a mi tierra después de 19 años! España había cambiado, y mucho. Llegué a Palma con una oferta de trabajo en algo que no había hecho en mi vida: cuidar ancianos. Pero es lo que había y lo hice. Hace dos semanas me quedé sin trabajo, después sin casa, y poco a poco, sin dinero. Esta última semana he dormido en un coche. Las noches son muy frías y largas, y los días son muy difíciles. Estoy empadronado en Palma. Como español retornado que soy, tengo derecho a la ayuda del Gobierno, pero no he podido finalizar el trámite todavía, ya que todo es con citas y por Internet, y yo no tengo computadora. Por ello, necesito ayuda para enderezar mi vida, para ser útil, para no caer más abajo… No bebo, no he consumido drogas en mi vida… En fin, que necesito un empujón. Si puede ayudarme, mi número de teléfono y de WhatsApp es 648 161 255».

Periodista y comunicador

Toni nos pasó la información, hablamos con César y quedamos citados en su coche, aparcado en una calle cercana a la carretera de Sóller. Hace frío. Está sentado en el interior del vehículo, con el motor encendido, «porque así la calefacción me calienta. Naturalmente, no lo tengo encendido mucho rato, pues consume gasolina, que pago como puedo…¡Qué se yo!, le pongo cinco euros y hasta que dure».

Durante la conversación, cuenta que viajó a muchos lugares del mundo. «Perteneciendo a Naciones Unidas, donde trabajé nueve años en prensa, durante la guerra de los Balcanes estuve en Sarajevo, Mostar, Srebrenica, la ciudad del genocidio, después Managua, México… Ya le he dicho que estuve en Canal Sur, Cadena Ser, en la televisión costarricense Canal 11 y en Monumental Radio…». Para que no tengamos ninguna duda de lo que dice, nos muestra recortes de prensa y vídeos donde aparece en fotos, en entrevistas que le hacen o que hace él para la citada televisión y radio. De él, por ejemplo, se ocupa el diario Extra –28 de febrero de 1998– cuando presentaba el programa La patrulla nocturna, que se emitía de madrugada. Nos muestra también un informativo de televisión en el que aparece él, también un vídeo de las audiencias en el Congreso de los Diputados de Costa Rica, discutiendo la ley para la regulación de las startup y aplicaciones de transporte, tipo uber, «ley que redacté íntegramente, y que conseguí que el congreso aprobara. Como ve, toda mi vida la he dedicado al periodismo, la comunicación y la política, y… Pues vea cómo es ahora mi situación… Y es que hoy, teniendo un trabajo, casa, jardín, y hasta perro, en siete días te puedes quedar en la calle».

Desde luego, no hay duda de que estamos sentados al lado de un gran comunicador y experto en lobby, a quien las circunstancias, entre ellas la pandemia, le ha mandado a vivir a un coche, en cuya parte de atrás ha improvisado una cama donde duerme por las noches. ¿Os lo imagináis…?

Los centros de acogida

«Me hablaron de ingresar en Ca l'Ardiaca. Me acerqué hasta allí, pero me aconsejaron que no entrara, que el lugar es terrible, ya que allí viven drogadictos, alcohólicos… Y yo, como le he dicho, jamás he bebido, ni he tomado ninguna sustancia… Por eso regresé al coche… No estoy de acuerdo con lo que opinan muchos de la gente que vive en la calle: no todos estamos alcoholizados, ni drogados, por tanto no nos han de confundir con ellos… Que bastante tienen los pobres. Pero a una persona que no tiene casa, como yo, no deben darle como solución para tener un techo donde dormir, ir a un lugar como ese, en el que terminarás convirtiéndote en otro más de ellos. Sí, porque entras en bucle y de ahí pasas a un círculo del que ya no sales… Por eso me quedo en el coche hasta que alguien me ayude, ya que estoy dispuesto a trabajar... Ya no digo en la radio o en la televisión, sino en lo que sea».

Por muchas razones, César no merece vivir ni así, ni ahí. Y más teniendo 53 años, y en plenas facultades físicas y mentales, sin tener que demostrar nada para avalar que sirve, sobre todo en Comunicación y Periodismo, «aunque en mis circunstancias, trabajo en lo que sea. Legal, por supuesto».